La mayor parte de los alojamientos rurales de la España interior están registrando excelentes niveles de ocupación, según se informa en diversas regiones del país, con muy limitadas excepciones (Desembarco de las enseñas hoteleras top en el interior de España).
Por ejemplo, el Pirineo aragonés presentaba el cartel de completo en sus alojamientos de montaña, mientras que la patronal de la provincia de Teruel tenía ocupaciones de aproximadamente el ochenta por ciento. La provincia de Zaragoza ha tenido un buen fin de semana, pero la ocupación ha decaído inmediatamente.
En Galicia, los datos en general son igualmente positivos, con Santiago, Orense y Pontevedra registrando ocupaciones muy buenas, según los periódicos locales.
En Asturias, igualmente, a mediados de mes, incluido el puente, el nivel de ocupación en los alojamientos rurales estaba siendo excelente, publica la prensa local, tras entrevistar a los presidentes de las asociaciones que agrupan a los empresarios de la región.
El País Vasco también presenta niveles muy elevados, especialmente en las zonas costeras.
En la mayor parte de los casos, los precios de los alojamientos también están en sus máximos, aunque ya desde este fin de semana se produce tanto una caída de la demanda como de los precios, con algunas diferencias por zonas.
Este tipo de alojamientos de la España rural están básicamente destinados al público nacional y soportaron muy bien la pandemia. Sin embargo, tienen el hándicap, en relación con los hoteles urbanos y con los de costa, de que sus niveles de ocupación dependen fuertemente de los días festivos en España, con importantes caídas cuando se inicia la actividad escolar. Se trata, en general, de establecimientos pequeños, frecuentemente de propiedad familiar.
En el caso del Pirineo, llama la atención que agosto está teniendo niveles de ocupación que prácticamente compiten con el invierno, sobre todo en estos últimos años cuando la nieve ha escaseado.
Sobra gente en todos lados