El grueso de la familia turística balear lleva días expresando su entusiasmo poselectoral, que se concentra especialmente en cuatro perfiles que ya han recibido su vara de mando o que están encaminados a convertirse en gobernantes de forma inminente. Y la ilusión no viene tanto por motivos ideológicos, sino por la bondad, talento y conocimiento turístico que atribuyen a los previsibles líderes de los Consells de Mallorca e Ibiza, y el de los ya alcaldes de Palma y de Calviá.
Llorenç Galmés (Mallorca), Vicente Marí (Ibiza), Jaime Martínez (Palma) y Juanan Amengual (Calviá) son estos cuatro políticos, con la coincidencia en su vínculo con el sector privado, y la de cumplir su palabra, sin los vicios de la falsedad o la sobreactuación más habitual de la política, y con las virtudes de la decencia, la integridad y la capacidad técnica, principios que cobran aún más valor tras la pasada década.
Llorenç Galmés Verger (1983), economista de formación, fue alcalde de la turística localidad de Santanyí durante seis años (2013-2019). Los últimos cuatro años los ha dedicado a recorrer toda Mallorca como es difícil que haya otro con más visitas a pueblos. Y aunque para bastantes en el sector es un desconocido, cuenta con el reconocimiento del principal empresario del levante isleño, que se une al buen número que le considera una bella persona a la vez que dotado de una especial inteligencia y empatía.
Vicente Marí Torres (1965), de su lado, fue alcalde de Santa Eulària des Riu doce años (2007-2019). En los últimos cuatro ha presidido el Consell de Ibiza, hasta revalidar el cargo con una holgada mayoría absoluta. Previamente se había desempeñado en empresas turísticas. Y bajo su mandato, ha logrado que la isla haya recobrado su brío, incluso cuando en su momento Mykonos parecía una seria amenaza a su posicionamiento, lo que se pudo frenar en parte gracias a aperturas hoteleras de primer nivel, como con Six Senses, W by Marriott, Nobu, The Standard o 7Pines de Hyatt.
Jaime Martínez Llabrés (1971) es sin embargo el nuevo gobernante balear con vínculos más estrechos al turismo, gracias a que su labor como arquitecto le hizo trabajar para varias cadenas, y sobre todo por su paso como responsable turístico en Calviá, y luego como conseller autonómico del ramo durante dos años (2013-2015). El grueso del sector exhibe su sintonía con sus cualidades tanto humanas como intelectuales para relanzar de nuevo a Palma, tras haber decaído su identidad ante el descontrol con los pisos turísticos.
Juan Antonio Amengual Guasp (1969), finalmente, se convirtió en la gran sorpresa electoral para el turismo, al liderar el bloque mayoritario que le permitirá regir el tercer municipio español con más camas turísticas, solo tras Madrid y Barcelona, y que lo es gracias a Palmanova, Magaluf, Paguera o Santa Ponsa, principalmente. Toda su vida la ha dedicado al sector, con 12 años trabajando en Valentín y una época similar como consultor para la industria, siendo la actual su primera incursión en la política, con un estilo alejado de lo más común en su nuevo mundo, que le ha permitido voltear los pronósticos.
Por tanto, la satisfacción entre la mayoría del turismo balear es manifiesta, ya que no se recuerda en la cuna del sector una coincidencia de perfiles que, en lugares clave, combinen la bondad, el talento y el dominio turístico, sin los vicios de la política y con una forma ágil de trabajar más propia del campo privado.
La esperanza, además, se ve acentuada por el cambio agudo tras los últimos ocho años de gobierno. Esta época, a nivel autonómico, se ha caracterizado por una titular que con mucha frecuencia ha demostrado una férrea fijación con imponer el idioma incluso en los temas más trascendentales como la salud; con el resentimiento sobre la Guerra Civil, y con unas constantes alusiones a su superioridad ideológica, poco comunes entre las mentalidades más demócratas.
De hecho, en la misma noche electoral alarmó con su "preocupación" con el voto mayoritario de su comunidad. Y pese a anotarse uno de los peores resultados de su partido, en pocas horas se autodesignó para encabezar las listas por Baleares al congreso para las elecciones del 23 de julio, como otra prueba de escasa autocrítica, tras el rechazo social a sus dos legislaturas. Un repudio incluso pese a la protección sin precedentes sobre ella de todos los medios que existen en el archipiélago, y tras haber dejado como legado, además, la pérdida de identidad y del orgullo, al haber dividido a la población y haber convertido a los residentes en minoría, debido sobre todo a su promoción del alquiler vacacional a costa del de larga estancia (Palma: la identidad perdida por una errática gestión turística).
Baleares, en definitiva, se abre así a una nueva era de especial comunión entre el sector turístico, que con una mejorada gestión y vocación de liberar todo su potencial, aspira a retornar al modelo de equilibrio y calidad que tuvo hasta 2015. Y siempre bajo el deseo de enfatizar su liderazgo mundial en el gremio, como hogar de los pioneros de la industria vacacional, y en la vanguardia del conocimiento e innovación, gracias a acoger a las grandes cadenas y a los gigantes emisores del planeta.
lo primero que tienen que hacer es retirar la Ley de excesos demagogica. Se exceden las personas, no las empresas si cumplen con su cometido y su licencia.
se ha dejado en desventaja a hoteles de arenal, magalluf y san antonio de ibiza, que no pueden comercializar sus habitaciones como necesitan o quieren.
NE FRANSINAINA HABLARA SOLAMENTE EN CATALAN EN LAS CORTES Y EN EL SENADO ESPAÑOL PARA DEMOSTRAR K SU TIRANIA LINGUISTICA DE RODILLO EN TODA MALLORCA ES SU RAZON DE SER.
Y SI NO LO HACE ASI DICE K ES K HAY K COMER COMO HICIERON LAS GALLINAS.
"*LO QUE FA SA FAM*"
K AYANABAS DE EM PINAT CAVVELLET CUAN ERAS JOVE.......
Primero que gobiernen y después ya los haremos santos, NO?