La agenda de Meliá Hotels International está llena de citas. La antigua Sol Meliá abrirá en octubre un hotel en Nueva York y en breve dará noticias sobre su segundo hotel en China, un país donde la competencia es feroz y el secreto radica en saber esperar.
Los Emiratos Árabes constituyen otro foco de expansión que se irá concretando, según avanza Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente ejecutivo y consejero delegado. En el año de su 55 aniversario y con la marca corporativa renovada, la empresa fundada por su padre, Gabriel Escarrer Juliá, se enfrenta a no pocos retos. Entre ellos concretar su presencia en España, un mercado que va perdiendo peso en su porfolio.
P. La marca corporativa prescinde por primera vez en 35 años de la palabra “sol”. ¿Es una forma de distanciarse del turismo de ‘sol y playa?
R. En absoluto. Sol ha concentrado muchas de las reformas que hemos realizado este invierno en los hoteles vacacionales. Pero es verdad que de alguna forma confundíamos al cliente que busca en nosotros un posicionamiento distinto. Sol Meliá nos ha representado con éxito durante décadas, pero para el salto cualitativo que queremos dar, la marca con mayor reconocimiento internacional, mejor percepción de servicio y que más contribuye al beneficio de explotación, con un 62%, es Meliá.
P. ¿Venderán hoteles en España en los próximos años?
R. No compraremos más hoteles en propiedad, pero no hay una política clara de desinversión. España es el cuarto destino del mundo, sería absurdo perder nuestro liderazgo. Pero dada la coyuntura económica y por un criterio de diversificación de riesgos, no sería sensato incrementar nuestra exposición.
P. ¿Cuáles son los destinos españoles más obsoletos?
R. Están donde se inició el modelo turístico en los 50 y 60, sin ordenación territorial ni planeamiento urbanístico. Se creó un ‘totum revolutum’ y surgieron Playa de Palma, Puerto de la Cruz, San Bartolomé de Tirajana y algunas zonas de Torremolinos. Creo aún en esas zonas, pero debe haber una reconversión integral en la que administración pública y empresa privada vayamos de la mano. Podemos mejorar nuestros hoteles, pero hacerlo sin que el entorno esté a la altura es apostar por destinos agotados. Lo malo es abordar estas reestructuraciones en tiempos de crisis. Los planes de reconversión integral hay que afrontarlos en épocas de bonanza.
P. Quieren abrir un segundo hotel en China. ¿Quién será el socio local?
R. Aún no hay nada en firme. Para nosotros es prioritario consolidar nuestra presencia en Shangai, Pekín y Hainan, que es la Mallorca del mundo chino y donde estaremos dentro de muy pocos meses. Estamos en conversaciones con varios grupos turísticos y pronto formalizaremos algo.
Lea la entrevista completa en la edición de agosto de la Revista Preferente.
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