La patronal hotelera pionera esta huérfana: no tienen quien los comande, quien los guíe, quien los defienda. Los hoteleros de Mallorca buscan y buscan un presidente y no lo encuentran. En el horizonte no aparece ni su particular Diógenes ni su candil por un puñado de motivos evidentes.
El principal, la desconfianza: no se fían entre ellos. O tal vez había que hablar del individualismo también genético, su talón de Aquiles. Sin olvidar el pulso entre algunos de los miembros de la clase más elitista. E incluso el recelo de los pequeños y medianos ante los más grandes.
Los idus de octubre de Inma Benito han dejado una huella profunda en la Federación de las federaciones hoteleras del país: nadie quiere ser presidente/a de una patronal que está en el punto de mira de los partidos de las izquierdas que gobiernan, de la sociedad isleña y de alguno medios.
¿Y de los sindicatos? Las organizaciones de trabajadores se relamen de gusto después de una subida salarial jamás soñada. UGT y CCOO están calladitos y muy ajenos a las cuitas presidenciales por mor de ese 5 por ciento de aumento anual que tanto da que hablar en el colectivo empresarial.
La desconfianza va en el ADN de los asociados en la misma proporción que el individualismo y los celos y recelos. Para que se hagan una idea: la desunión es el denominador común, al punto de que dos facciones poderosas auscultan por separado al líder que los conduzca.
El presidente en funciones dice que no quiere seguir, que estaba bien como vicepresidente. ¿Aceptaría Gabriel Llobera si se lo pidieran unánimemente?Seguro que sí, pero no es el caso. A Pedro Pascual le ha pillado rondando la setentena y es más componedor que mandón.
El único que se postula es de poco fuste, pero ni lidera ni es de la cuerda ideológica de la mayoría dominante. ¿Solución?.O un ejecutivo preparado y bien pagado o un empresario aceptado por todos o por casi todos, lo que no es fácil en ambos casos. Igual la respuesta está en Can Picafort.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo