La crisis del Covid-19 ha supuesto un impacto sin precedentes en un sector hotelero que hasta entonces mantenía una línea ascendente. El cierre de hoteles decretado por el Gobierno, así como la lenta recuperación que se espera una vez que se supere la pandemia, supone un duro golpe para los hoteleros.
Sin embargo, una de las marcas punteras, como es el caso de Meliá Hotels International, logra un respaldo mayoritario de los inversores institucionales (Escarrer: “España necesita a sus empresas para salir de la crisis”). Según informa Invertia, los gestores de los fondos de inversión con más peso en la cadena insisten en su apuesta incluso cuando la cotizada ha perdido más del 48% de su capitalización desde que comenzó la propagación del coronavirus en Europa.
Y no solo eso. Algunos de los más potentes han aprovechado la situación para reforzar su posición en el grupo. Dentro del podio de los tres fondos que más peso conceden en su cartera a Meliá está el GVC Gaesco 300 Places Worldwide. Su responsable y director general, Jaume Puig, asegura que no solo está aguantando su posición sino que está "aprovechando el descenso de la cotización para comprar más".
Otro claro ejemplo es Horos Value Iberia, cuyos expertos entienden que " la oportunidad de inversión es extremadamente atractiva en estos momentos". Algo similar ocurre con Azvalor Iberia, cuyos responsables aseguran que la hotelera "continúa pesando lo mismo en nuestra cartera", cerca de un 5%.
Cifra su valor inmobiliario en 3.500 millones de euros
Los inversores institucionales fundamentan esta apuesta por el grupo hotelero en varios factores que consideran decisivos. Uno de ellos es el valor inmobiliario de sus activos, cifrado en unos 3.500 millones de euros netos. Asimismo, coinciden en señalar la confianza "profesional y personal" en el CEO del grupo, Gabriel Escarrer, deshaciéndose en elogios hacia su gestión de la crisis (Meliá presenta un ERTE por “fuerza mayor” para 8.300 empleados). En esta línea, el hecho de que la empresa esté controlada y gestionada por una familia genera gran tranquilidad al saber que todas las decisiones se tomarán con el objetivo de maximizar el valor para los accionistas.
Según datos recogidos por Refinitiv, de los 21 analistas que más de cerca siguen la evolución de Meliá, solo dos aconsejan vender, frente a siete que recomiendan mantener y 12 que recomiendan comprar. Entre todos, forjan un precio objetivo de 7,88 euros por acción para la hotelera, lo que implica un recorrido alcista del 107% a un año vista.
Si mantuvieran intacta la confianza el valor no hubiera bajado de la manera que lo hizo.