Maroto: una ministra que minusvaloró al Turismo

El paso de Reyes Maroto como ministra de Turismo se salda con las buenas maneras y la cercanía que el sector turístico ha alabado de ella, pero con una hoja de resultados que evidencian su minusvaloración al motor económico del país en detrimento del mayor protagonismo que ha dado al sector de la industria durante su estancia en las dependencias de la madrileña plaza de Cuzco (El turismo, indignado por “el menosprecio del Gobierno” en los PGE).

Este hecho ha podido apreciarse con especial nitidez estos días con las dos últimas entrevistas concedidas a La Vanguardia o a Cinco Días en las que no había ni una sola declaración sobre el Turismo, de igual modo que con la cancelación sorpresiva y sin explicaciones a la WTM de Londres, pese a ser el británico el principal mercado para España, en especial para la andaluza Costa del Sol, la levantina Blanca, así como para las baleares Ibiza o Menorca (Lío político en la WTM: primera vez sin la ministra y piden cancelar la promoción).

Pero cuando Maroto ha sido más duramente criticada por el sector fue por su respuesta ante la mayor crisis turística de la historia, en la que España fue el país que menos ayudas dio al sector de entre las grandes potencias europeas, pese a ser el que más dependencia tiene de él en su economía.

El último fiasco en el presente ha tenido como protagonistas al gran malestar generado en el sector por el recorte presupuestario a los viajes de jubilados del Imserso, claves para mantener la actividad empresarial y laboral en la temporada baja, sin que Maroto haya dado muestras de compensar la decisión del ministerio que dirige Ione Belarra, a diferencia de las aportaciones de autonomías o Consells.

De cara a futuro, Maroto también ha sido diana de reproches por haber marginado al Turismo de la gran oportunidad para su transformación histórica para que España, tras haber creado la industria del turismo vacacional, pudiese ser cuna también a nivel mundial del turismo sostenible, con su negativa a incluir al sector dentro de unos PERTE, frente a otros once sectores menores que sí disfrutarán de fondos públicos europeos (El Gobierno tumba una nueva oportunidad de otorgar un Perte al turismo).

El compromiso que Maroto dio al turismo también pudo apreciarse cuando se expuso a salir del ministerio en su campaña contra Isabel Díaz Ayuso como candidata a vicepresidenta de la Comunidad de Madrid formando tándem con Ángel Gabilondo, y el PSOE logró el peor resultado de su historia con la conmoción de perder hasta el liderazgo de la izquierda en favor de Más Madrid y Mónica García.

En esa campaña, la futura candidata socialista a rivalizar por la alcaldía de Madrid en mayo con José Luis Martínez Almeida llegó a usar una foto de una navaja ensangrentada, que luego se descubrió que había mandado un demente, para posar con ella y tratar de recoger un rédito electoral.

Así, el paso de Maroto como ministra de Turismo, a quien se le reconoce su tono cordial y su defensa de los intereses españoles en Cuba, deja como balance una pobre imagen en el sector por sus menosprecios en momentos históricos del pasado; en el presente con el Imserso o con su ausencia en la WTM, y de cara a poner las bases para el futuro, con la exclusión del sector de los PERTE, así como un notable malestar entre colectivos como jubilados y ecologistas, y en territorios como Andalucía, Comunidad Valenciana o Baleares.