Marruecos paraliza un complejo de lujo de Manuel Jove

 

Casablanca (Marruecos). 17/9/09.- El Gobierno de Marruecos ordenó hace dos semanas paralizar las obras del lujoso complejo que la promotora inmobiliaria española Inveravante construye en el paseo marítimo de Casablanca. La orden salió del mismísimo rey Mohamed VI en persona, que el 4 de septiembre pasó ante el edficio en construcción y acto seguido llamó de inmediato al gobernador de la ciudad, Mohamed Halab, para ordenarle que parara la obra.

 

Poco después del telefonazo real a Halab las fuerzas del orden desembarcaron en el Anfaplace Living Resort, como ha sido bautizado el proyecto, para paralizar la obra que gozan de todos los permisos legales, según publica elpais.com. Desde entonces una furgoneta de la policía estacionaba permanentemente a la entrada, dos mil trabajadores estuvieron en paro técnico y la prensa marroquí especuló casi a diario sobre los motivos de esta brusca decisión.

 

Inveravante, propiedad del empresario gallego Manuel Jove, construye desde hace un año en un espacio de 93.000 metros cuadrados un complejo que incluye un centro comercial, otro de negocios, zonas de ocio y 260 pisos de lujo que se venden al astronómico precio, para Marruecos, de casi 3.000 euros el metro cuadrado. Inveravante pertenece al empresario gallego Manuel Jove, de 68 años.

 

Jove, ex presidente de Fadesa, está en el punto de mira de Hacienda en la investigación abierta sobre un presunto fraude cometido por propietarios de jets privados que podrían haber ocultado su condición de propietarios para no pagar el impuesto de matriculación y el IVA de importación correspondiente.

 

Diseñado por el estudio de arquitectura de Norman Foster, el proyecto de Casablanca supone una inversión de 255 millones de euros. Está situado junto a la mezquita Al Saud, costeada por Arabia Saudí, y al lado de un palacio perteneciente a la familia real saudí.

 

"Ningún responsable está dispuesto a informar de los motivos de la suspensión", se quejaba "L'Economiste". El periódico señala no obstante que la tierra extraída y esparcida en parte por la calzada adyacente así como el ruido incitaron a paralizarla. Otras fuentes mencionan posibles deficiencias de seguridad porque la obra no estaba vallada. Las autoridades y la empresa no han confirmado ni desmentido estos extremos.

 

El Gobierno Civil de Casablanca y el Ayuntamiento pidieron a Inveravante que se comprometa por escrito, según fuentes conocedoras del proyecto, a subsanar esos fallos aparentes. Si todo va bien, las obras se reanudan hoy.

 

El asunto recuerda a lo que le ocurrido hace siete años la hotelera española Sol Meliá, que corrió peor suerte. No pudo terminar Paradisus, un complejo residencial en la ciudad costera de Agadir. Por culpa de sus socios marroquíes no acabó a tiempo la primera fase del proyecto. Solicitó una prórroga al primer ministro, Driss Jettou, pero éste se la denegó y se vio obligada a abandonar el país.

 

Un telegrama enviado en 2002 por la Embajada de España en Rabat al Ministerio de Asuntos Exteriores español señaló que la verdadera razón de la negativa se debía a la ubicación de los terrenos en los que iba a construir Sol Meliá: eran colindantes con un palacio del rey cuya seguridad podía quedar en entredicho.