El consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, no ha escondido públicamente que prefiere anteponer contratar profesionales muy cualificados para su empresa que mantener la saga familiar a toda costa.
Antes de su encuentro con la Asociación de Empresas Familiares celebrado en Mallorca, Escarrer ha sido claro y rotundo ante la posibilidad de que algún miembro de la tercera generación coja las riendas de la empresa: “Hay que profesionalizar la gestión. Una vez profesionalizada da igual que sea un Escarrer o no el que lleve las riendas”.
Para el consejero delegado de Meliá, “lo importante es mantener el cariz de empresa familiar porque seguro que la familia Escarrer estará involucrada, ya sea en el consejo de administración o en la gestión”. “Pero -añade- para asegurar la continuidad y una tercera generación hay que profesionalizar la empresa y hacer las cosas con rigor y hacerlo bien”.
Precisamente, Gabriel Escarrer Jaume forma parte de la segunda generación de la familia Escarrer y asumió el mando de la empresa tras el paso atrás que dio su hermano mayor, Sebastián, quien en 2012 dejó voluntariamente la vicepresidencia de Meliá tras liderar la refinanciación del grupo Sol, la transformación en Sol Meliá y la exitosa salida a Bolsa de la compañía en 1996 (Los hoteleros mallorquines arropan a la familia Escarrer tras las amenazas por opinar).
En 2016, Gabriel Escarrer Juliá, fundador de la empresa, decidió traspasar todo el control de su empresa a su hijo Gabriel, el menor de la saga, quien antes de empezar a trabajar en Meliá se formó en otras empresas.
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