Nunca antes en la historia, 1.770.000 viajeros habían pasado por el aeropuerto de Ibiza en los cinco primeros meses del año. Eso es exactamente un 13.5 por ciento más que en 2016, que ya había sido un año excepcional. Jamás la terminal aérea de Menorca había llegado en apenas cinco meses a los 701 mil viajeros, lo que supone un aumento completamente récord del 15.5 por ciento, superior a cualquier otro aeropuerto español, excepto Reus, que apenas tiene operaciones.
Digamos que se dan las circunstancias para hablar de un año turísticamente excepcional en las dos islas baleares.
Sin embargo, los hoteles de Menorca se encuentran sólo al 62 por ciento de su ocupación, según publicó ayer mismo el diario Menorca. En la musical y juvenil Ibiza, igualmente, los hoteles se encontraban en el mes de mayo al 73.7 por ciento de ocupación media, 2,4 puntos menos que en el mismo mes del año anterior. En Formentera, la ocupación fue ligeramente mejor que el año pasado.
Por primera vez en la historia de Baleares –y probablemente de España– se puede constatar con las cifras en la mano, que el crecimiento turístico va acompañado de menos ocupación hotelera y, consecuentemente, probablemente de una menor estabilidad laboral, habitual cuando las ocupaciones no son altas.
Sin embargo, en el caso de Menorca, según el periódico local, las viviendas turísticas se encontraban al 95 por ciento de ocupación, lo que supone mucho más demanda para ellas que para los hoteles. Por su parte, en la misma edición de ayer, el periódico local publica que se está registrando una fuerte escalada de los precios de los alquileres, con lo que ahora es frecuente ver gente que tiene trabajo pero no tiene posibilidades de pagar el alquiler correspondiente.
Serán los hoteles.. porque casas apenas hay ... está super difícil encontrar buenas casas y aptos.
Onde andarán!!
El mercado es sabio. Cuando los trabajadores, que son los que hacen posible que el turismo funcione, no pueden pagar los alquileres para poder subsistir mientras trabajan, no van a estas islas. Al final, el turista recibe un trato de peor calidad y como consecuencia, el turismo se resiente. La entrada en escena de los apartamentos turísticos ha hecho que una vivienda "normalita" se convierta en una mina para el propietario, dándose casos de cobrar 300 euros por alquilar un balcón para dormir. Como consecuencia final, hay carencia de mano de obra cualificada, que prefiere ganar 200 euros menos, pero que con un precio de alquiler sensato, se convierten en bastante más. Los hoteleros han reaccionado, creando alojamiento para el personal, en pisos construidos para ello.
Pero las discotecas, pubs, restaurantes, etc, que pensaban que pagando un sueldo de 1500 euros al mes no tendrían problemas, en plena temporada tendrán que pensar en pagar hasta el doble de esta cantidad para poder tener una plantilla estable.
En resumen, o se para esta locura de alquileres demenciales, o se van a cargar la gallina de los huevos de oro.