El hotelero en activo más veterano nos ha dejado en un septiembre que ya no será maravilloso. A Miguel Codolá Camps, presidente de la cadena Valentín Hoteles y expresidente y fundador de la Federación de Hoteleros de Baleares sufrió hace dos domingos un derrame cerebral en la terraza de su residencia veraniega de la Colonia de Sant Jordi, del que no pudo recuperarse.
Codolá Camps no era un hotelero cualquiera en la Isla pese a no alcanzar el volumen de negocios y la notoriedad de los grandes del turismo: impulsó y fundó la federación de hoteles y su cooperativa participó activamente en la creación de la patronal de los hoteles de las zonas turísticas de España, Zontur y fue respetado, querido y admirado por todos los notables del turismo patrio.
Su gran carisma, su fuerte personalidad y su jovialidad lo convirtieron durante años en el líder indiscutible de los hoteleros baleares, hasta el punto de que para los grandes era el referente, y en especial para Escarrer, Fluxá, Piñero y Matutes. Todos ellos lo llamaban “el general”. También fue admirado por Luis Riu padre y el presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, aunque éste lo trato menos.
Fue tal el poder que ostentó durante su mandato, a finales de los setenta y principios de los ochenta, que en un momento dado, cuando se gestaba el primer Gobierno de la Comunidad balear, le impuso al presidente Cañellas los nombramientos de los consejeros de turismo y de los tenientes de alcalde del Ayuntamiento de Palma: Jaime Cladera, José Forteza Tey y Pedro Ballester.
El consejero de turismo que tenía previsto Gabriel Cañellas era el economista y consultor Esteban Bardolet, pero el presidente de la comunidad balear ni rechistó cuando Codolá le propuso el nombre de Jaime Cladera, quien entonces era socio suyo en un compañía hotelera, Stil Hoteles, que comercializaba conjuntamente los hoteles de uno y otro y quien ejerció una gran labor.
Codolá Camps se entregó en cuerpo y alma a la incipiente patronal hotelera y a su cooperativa, Cofeba, durante una década, tiempo que le restó a su negocio hotelero, al igual que a su actividad agrícola y ganadera. De haberse concentrado en Valentín Hoteles, seguro que ésta contaría hoy con más activos. Así y todo, la cadena opera en Baleares, Andalucía, Canarias y la Riviera Maya.
Casado con una mallorquina del interior de la Isla, de clase acomodada y gran trabajadora, Francisca Bonet, el irrepetible hotelero se consideraba mallorquín pese a haber nacido en Cataluña, a donde, concretamente en Blanes, acudía cada verano a pasar un mes de vacaciones con los pocos amigos que le quedaban de su infancia y con los que discutía de política. En diciembre habría cumplido 86 años.
No se cortaba con nada y ni pestañeaba cuando tenía que cantarle las cuarenta al más pintado. Hace una década y en una tarde otoñal le dijo en La Habana al tabaquero Robayna, delante de un grupo de cubanos y españoles: “A ver si nos deja ya de una puñetera vez el barbas (Fidel Castro) éste”. A Robayna se le atragantó el puro que estaba fumando y a los cubanos se les petrificó la cara de asombro.
A Escarrer, Fluxá y a Piñero los ensalzaba en público y en privado. Al presidente de Meliá lo bautizó como El Emperador, calificativo que aún usa un grupo reducido de personas; al de Iberostar, como Alejandro Magno; y al del Grupo Piñero, como el gran comisario (por su origines como policía). Fue el complemento ideal de su paisano Luis Riu padre, quien carecía de su carisma.
Codolá era un empresario tan de ordeno y mando como simpático y jocoso. Los mandos intermedios de su cadena nunca lo abandonaron pese a su autoritarismo. Tenía una gran facilidad de palabra, un timbre de voz que cautivaba y sus discursos eran famosos en foros de todo tipo y en encuentros a manteles. Nunca leyó los escritos que le preparaba su jefe de prensa.
Ya medio retirado -nunca dejó del todo Valentín Hoteles- vivió en plena setentena momentos de alegría de la mano de Miguel Fluxá, José Luis Bonillo y el firmante. Conoció con nosotros Sao Paulo, Rio de Janeiro, Salvador de Bahía, Manaos, Santo Domingo, Bayahibe, La Habana, Trinidad, Cancún, Riviera Maya, Huatulco, Manzanillo, Chetumal, Kingston, Montego Bay, Las Azores…
Su esposa se pone al frente de Valentín Hoteles, donde su hija Mercedes seguirá gestionando las finanzas y sus hijos Pepe y Gori las divisiones comercial y de explotación. El turismo balear llora a su hotelero más veterano y referencial, un hombre de la posguerra y un hermano mayor para los que estuvimos a su lado más de 30 años. Nunca tuvo el sector turístico balear un líder como él.
A la familia Codola mi mas sentido pesame y el de todos sus amigos en Cuba, aqui tambien dejo mucho afecto y era querido y respetado por todos.
Lo conocí personalmente, he conocido a pocos hombres con su talla, se nos va una gran persona con unos valores muy fuertes y un gran sentido de Estado. Un español como pocos, descanse en paz, mis condolencias para su esposa e hijos
Qué bien lo has resumido y definido, así era nuestro General, como tú le decías al final de sus discurso GRANDE, sin duda era el más GRANDE, el más querido y el mejor amigo de sus amigos, dejando una gran huella como dice el amigo Amaury , allende los mares, como le gustaba decir a él.
DESDE LA HABANA TE ESOY LLORANDO TODO EL DIA, FUISTES UN PADRE, HERMANO Y AMIGO. TE EXTRAÑARE TANTO COMO A MI MOPRI QUE FUE TU MULETA DUARNTE TANTOS VIAJES POR ESTAS TIERRAS QUE TAN FELIZ TE HIZO Y NOS HICISTES.
ARRIBA ESPAÑA