La contratación de camas hoteleras para el próximo verano ha comenzado en medio de un contexto inaudito, en el que se mezclan tres factores que inciden directamente en la decisión de fijar los precios: la previsible rebaja del IVA turístico, los efectos en el cliente final de las revueltas árabes, y el precedente de varias temporadas de crisis económica.
Según un exhaustivo reportaje en el número de Noviembre de la revista Preferente, el PP lleva meses anunciando que una de sus propuestas estrella para la política turística es la rebaja del tipo de IVA a hoteles, restaurantes, bares y transporte desde reducido ─8 por ciento─ a superreducido ─4 por ciento─.
Sin embargo, la reducción del IVA (hay tres tipos de este gravamen, siendo el general el más alto con una cuota del 18 por ciento) podría no llegar al 4 por ciento en el que ahora está fijado el IVA superreducido. Cabe tener presente que la recaudación por IVA ya representa para las Administraciones Públicas uno de cada tres euros de ingreso tributarios, tras caer las otros dos grandes impuestos, el IRPF y el de Sociedades.
Por ello, el PP se plantearía limitar la bajada desde el 8 por ciento hasta el 6 o el 5 por ciento. En esta línea se sitúan los tipos que aplican algunos países de la zona euro, como Grecia, del 6,5 por ciento, y Francia, del 5,5 por ciento. Por encima de la tributación de España solo figuran Italia, con un 10 por ciento, o Reino Unido, con un 20 por ciento.
Competitividad
La Cehat tiene claro que esta rebaja fiscal se trasladaría a los precios “si la demanda no estuviera tan concentrada en un número limitado de touroperadores, como Tui o Thomas Cook”, en palabras de su secretario general, Ramón Estalella.
“Los intermediarios nos van a pedir una rebaja en el precio de la misma proporción”, agrega Estalella, ya que es “imprescindible que se baje el IVA al turismo para ganar competitividad y cree que no afectaría a la recaudación”. El hotelero Jesús Gatell, miembro del comité ejecutivo de Cehat, precisa que “no se trata de que ganemos más dinero, sino de que seamos más competitivos”.
Sin embargo, en las grandes cadenas piensan de otra forma. El presidente de Iberostar, Miguel Fluxá, considera que “si hay un impuesto que toda la vida ha soportado el hotelero y hay una rebaja sobre este impuesto, que sea el hotelero el que tenga la ventaja”.
Las mayoristas, por su parte, y como era de esperar, no han tardado en pedir parte de los descuentos de estas rebajas. El consejero delegado de Tui Travel, Peter Long, manifestó a Preferente su reclamación de “beneficios compartidos con los touroperadores” en caso de que se aplique el descenso del IVA, lo que en la práctica supondría pedir rebajas de precio a los hoteleros.
El brasero magrebí
La temporada estival récord que ha registrado España pone al país de nuevo como serio aspirante a mantener tasas de crecimiento en 2012. Las perspectivas hoteleras constatan que las primeras reservas funcionan a mejor ritmo que en las mismas fechas del año pasado, cuando aún no se había encendido la llama de las revoluciones en Túnez y Egipto.
El valor seguro que representa España para el turista será otro de los activos que el sector pretende aprovechar en el tema de los precios. Pero los competidores del arco mediterráneo cuentan con más margen para reducir costes mediante abaratar los gastos de personal.
Turquía está siendo con España la más beneficiada de las revueltas árabes, con aumentos espectaculares de cuota británica. España se ha visto favorecida del desvío de franceses, que hasta septiembre acumulaban repuntes de alrededor del 20 por ciento. Otros emisores como Rusia, Suecia y Holanda también aumentan presencia en España con alzas récord.
La incertidumbre persiste en el Magreb, lo que augura que el verano del año que viene puede mantenerse una cifra similar de ‘turistas prestados’ a España, un elemento que da una posición de fuerza a los hoteleros en su negociación con los touroperadores.
Hastío de crisis
El antecedente a la hora de pactar precios revela que desde el inicio de la crisis ha habido contención por parte de los hoteleros, tanto de grandes cadenas como de pequeñas. Riu, por ejemplo, asegura que durante dos años “o bien no hemos subido precios, o bien los hemos bajado, sea por contratación, sea por ofertas. Ha habido alguna excepción, pero han sido pocas”, en palabras de su consejera delegada, Carmen Riu.
En los establecimientos de menos envergadura las bajadas en algunos casos han sido dramáticas, en especial los que tienen dependencia casi de un único touroperador. En una mayoría los descensos han sido moderados, y en algunos casos hasta se han mantenido.
Postura hotelera
El Sector coincide en que de una forma u otra ha de haber subidas de precios. “Ya, hay que hacerlo ya”, señala Carmen Riu en una entrevista a Preferente. En esta línea se manifiestan también otros hoteleros de menor tamaño consultados por esta revista.
El presidente de Iberostar asegura que tras la buena temporada de verano “lo razonable será pedir aumentos del 5 o del 6 por ciento en los precios”. “Por el hecho de que el año haya sido bueno, no podemos decir que vamos a aumentar el 15 por ciento”, sino que lo “razonable” sería pedir aumentos de los citados porcentajes.
Hoteleros medianos cifran el alza de precios en la orquilla del 4 y 5 por ciento. Pero entre todos hay coincidencia de que los condicionantes que rodean este periodo incipiente de contratación obligan a por primera vez en varias temporadas poner en su justo valor la hotelería española.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo