El Gobierno Central y el Autonómico lo han vuelto a hacer. De nuevo la mayor industria de este país y de nuestra comunidad ha quedado arrinconada e indefensa. Una vez más, ese sector que genera gran parte del empleo de nuestras islas y sobre el que la mayoría hemos edificado nuestros negocios queda abandonado a su suerte por nuestros responsables políticos.
En las últimas semanas se han promulgado todo tipo de medidas dedicadas a proteger a nuestros trabajadores. Un hecho ejemplar y sobre el que todos estamos de acuerdo. En momentos de crisis debemos proteger a todos esos colectivos vulnerables y es normal que el Gobierno haya tomado decisiones encaminadas a la protección de los empleados.
Ahora bien, lo que no entendemos, yo como empresario y como presidente de la Associació de Petits Hotels, es qué clase de medidas proteccionistas se han tomado para defender y paliar los golpes de una crisis que seguro dejará muy tocado al tejido empresarial. ¿Cómo van a poder pymes y autónomos levantarse de un golpe tan duro si las medidas proporcionadas son líneas de crédito para hipotecarse durante años? ¿Cómo van a poder poner en marcha sus negocios una vez acabada esta crisis si estos negocios no tienen suficiente liquidez?
Queda claro que los ERTE’s son una herramienta útil. Pero qué hacemos con todas aquellas empresas que deben seguir pagando otra serie de gastos ordinarios y que no pueden paralizar. Esta es una realidad a la que se enfrenta gran parte del sector turístico. Un gran número de gastos al que no pueden hacer frente ya que no tienen ingresos.
Desde el sector en el que me encuentro no dejamos de preguntarnos cuáles son las medidas que este Gobierno va a adoptar para apoyar y mantener a la industria turística. Porque de poco sirve realizar un ERTE si después estos negocios se ven obligados a bajar la persiana de forma permanente.
Es un momento en el que es necesario ayudarnos mutuamente y no mirar hacia otro lado. Es el momento de tomar decisiones y no dejar que esta pandemia hasta estragos entre pymes y autónomos. No hay que olvidar que estos representan a más del 95% del tejido empresarial. No conviene dejar que este se ahogue.
Es necesario recordar a los principales dirigentes de nuestro país que el 90% del sector turístico de España y sobre todo de Baleares, cesó su actividad en octubre de 2019. La estacionalidad es una característica de nuestro país con la que es muy difícil combatir y en aquellas zonas costeras, aún más.
Además, estos mismos negocios que cerraron sus negocios en octubre de 2019, realizaron importantes inversiones (exigidas por el mismo gobierno) para tener activos de primer orden. Reformas que se han visto paralizadas y que dejan a los negocios sin la posibilidad de que una vez reactivado el país, estos puedan desempeñar correctamente la actividad turística. Un contratiempo que puede impedir el arranque de la temporada para muchos durante este 2020.
Me gustaría recordar que en la última crisis, gran parte del activo económico del sector (en manos de numerosas familias dedicadas durante años al turismo) fue a parar a las manos de fondos buitres. Esto pasó a raíz de la inexistencia de medidas dedicadas a proteger uno de los sectores más prolíficos de nuestra economía. Por ello, es necesario aprender de la historia y no cometer errores similares.
Es por ello, que al igual que se toman medidas para proteger a los trabajadores, de igual importancia es aplicar decisiones que protejan a las empresas turísticas. Esta es una de las mejores maneras si queremos volver a crear empleo y riqueza en nuestra comunidad y en conjunto del país.
Medidas como la suspensión de la famosa ecotasa, 12 meses de carencia para prestamos de inversión, suspensión de las tasas municipales o la del pago del IBI, pueden ayudar a los empresarios y autónomos a paliar los efectos de esta crisis. Aprendamos de nuestra historia para no estar condenados a repetirla. Podemos salir todos juntos de esta pandemia pero es necesario escuchar a todos y mantener un diálogo constante. Sobre todo con los principales creadores de empleo, porque de su supervivencia dependerá nuestro futuro. Económico y laboral.
Un artículo muy acertado
Gracias
Pues tiene toda la razón el Sr. Ordinas, pero me temo que los errores se repetirán, y como siempre el pato lo pagaremos todos.
Pues me da que si
La "famosa ecotasa" es como si estuviera suspendida de facto. Si
los hoteles estén cerrados, no se genera. Y supongo que cuando habla del IBI no sólo se referirá a los hoteles, a mí, y a todos los ciudadanos, también nos gustaría no tener que pagar el de mi vivienda. Y los gastos de comunidad y mantenimiento, ¿qué hacemos con ellos? A la hora de pedir ayuda, somos muchos los que la necesitamos, no sólo los hoteleros.