Hay un cambio derivado del coronavirus que ha sido positivo para el turismo: el teletrabajo ha permitido que muchos trabajadores vayan a vivir a los lugares a los que tradicionalmente se desplazaban para descansar. Es lo que se llama nomadismo digital. A los nómadas digitales les basta una buena conexión a Internet (Canarias: hoteles consiguen llenarse gracias al teletrabajo).
Hasta ahora, estos era freelances, raramente asalariados. Pero la crisis del virus ha disparado los trabajadores por cuenta ajena que, gracias al teletrabajo, se desplazan. Sus profesiones, obviamente, lo han de permitir: desde la informática, el marketing, la comunicación, o el diseño, todas permiten algo de distanciamiento.
Pero también es necesario que el destino ayude. En ese sentido, Costa Rica va por delante. Y en España, Canarias, cuya empresa de promoción Promotur pretende llegar a los 30 mil nómadas digitales en cinco años.
Innovative Costa Rica apunta a los nómadas digitales con un paquete legal especialmente diseñado: cualquier persona extranjera con ingresos superiores a los 3.000 dólares mensuales puede permanecer en el país hasta por un año gracias a una visa renovable una vez. Esta posibilidad también se da a los nómadas que viajan con familias, si ganan más de 5.000 por mes. También está totalmente exenta de impuestos la importación de equipos básicos de computación personal, tecnología de la información, telecomunicaciones o similares, necesarios para el desempeño de su trabajo. Además, los nómadas no están obligados a pagar el impuesto sobre la renta y, lo más importante, el destino cuenta con cobertura de internet en todo el territorio y acceso gratuito a Wi-Fi en todos sus parques nacionales. Finalmente, el permiso de conducir expedido en el país de origen de los nómadas es válido en el país para permitirles moverse como lo deseen, descubriendo los tesoros costarricenses.
Nada que no pueda ofrecer Canarias a los europeos. Pero hay más: Canarias quiere, primero, general una cultura del trabajo remoto en el turismo canario; para que se adapte la oferta; segundo, promover el trabajo a distancia en los países de origen o, más exactamente, en las empresas en las que trabajan, lo cual es un desafío bastante ambicioso y, finalmente, atraer a trabajadores potenciando los valores de marca, lo cual queda bien pero no se sabe qué significa.
En todo caso, esta es la tendencia de lo que se viene.
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