Paradoja en Baleares con la tasa turística de la que queda eximida el alquiler de corta estancia promovido por Airbnb. Pese a ser este modelo de alojamiento turístico el causante principal del agudo encarecimiento de vivienda para los residentes, y pese a verse estimulado por las administraciones al dejarles fuera del cobro de la ecotasa para centrarse solo en los hoteles, ahora el Govern balear va a decretar que los fondos recaudados por este impuesto financien el acceso a una casa.
El Ejecutivo que preside Francina Armengol destinará casi 30 millones de euros de la recaudación de la ecotasa a facilitar el acceso a la vivienda en las Islas, y de esa cantidad, hasta 15 millones se destinarán a sacar adelante el programa Garantía Hipoteca, con el que el gobierno autonómico avalará el 20 % de la entrada de la hipoteca para la adquisición de una vivienda, mientras el resto, unos 13 millones, permitirán la construcción de 53 viviendas de protección pública en Mallorca y Menorca.
El objetivo de esta ayuda, según Última Hora, es cubrir a todas aquellas rentas que no disponen de capacidad para abonar una entrada en el mercado libre y que tampoco pueden acceder a los requisitos de renta máxima fijados para la vivienda protegida (Turistas en nuestras casas y residentes en los hoteles)
Entretanto, la Comisión Europea ultima una propuesta para regular el mercado del alquiler a corto plazo, dominado por plataformas de viajes como Booking y Airbnb, estaba inicialmente prevista para junio de 2022, pero probablemente se retrasará aún más hasta mediados de noviembre, en una consulta pública que recibió casi 5.700 respuestas, como señal de la gran atención que suscita el asunto (El alarmante dato que muestra la lacra del alquiler turístico ilegal en Mallorca).
"El crecimiento expansivo del alquiler vacacional a corto plazo en ciudades y destinos turísticos populares está extrayendo viviendas del mercado, haciendo subir los precios y tiene un impacto negativo en la habitabilidad de las ciudades europeas", dijo a EURACTIV Kim van Sparrentak, el legislador que inició la carta, que fue firmada por algunos miembros de la Alianza de Ciudades Europeas por Alquiler a corto plazo, incluyendo los alcaldes de París, Budapest, Ámsterdam, Florencia, Bruselas y Barcelona.
Para los administradores de estos puntos turísticos, el auge y la alta rentabilidad de los alquileres de corta duración han conducido a la "turistificación" de las ciudades, un fenómeno que priva a los barrios tradicionales de su carácter y merma la oferta de alquileres de larga duración (Así atrae Airbnb “turismo de calidad”).
Las ciudades argumentan que la mayoría de las ofertas del mercado proceden de empresas e inversores con grandes carteras, y hasta las plataformas tecnológicas subrayan que la excesiva burocracia está expulsando del mercado a los anfitriones aficionados (El alarmante dato que muestra la lacra del alquiler turístico ilegal en Mallorca).
La propuesta de la Comisión Europea para regular el mercado del alquiler a corto plazo, dominado por plataformas de viajes como Booking y Airbnb, estaba inicialmente prevista para junio de 2022, pero probablemente se retrasará aún más hasta mediados de noviembre, en una consulta pública que recibió casi 5.700 respuestas, como señal de la gran atención que suscita el asunto.
"El crecimiento expansivo del alquiler vacacional a corto plazo en ciudades y destinos turísticos populares está extrayendo viviendas del mercado, haciendo subir los precios y tiene un impacto negativo en la habitabilidad de las ciudades europeas", dijo a EURACTIV Kim van Sparrentak, el legislador que inició la carta, que fue firmada por algunos miembros de la Alianza de Ciudades Europeas por Alquiler a corto plazo, incluyendo los alcaldes de París, Budapest, Ámsterdam, Florencia, Bruselas y Barcelona.
Para los administradores de estos puntos turísticos, el auge y la alta rentabilidad de los alquileres de corta duración han conducido a la "turistificación" de las ciudades, un fenómeno que priva a los barrios tradicionales de su carácter y merma la oferta de alquileres de larga duración.
Las ciudades argumentan que la mayoría de las ofertas del mercado proceden de empresas e inversores con grandes carteras, y hasta las plataformas tecnológicas subrayan que la excesiva burocracia está expulsando del mercado a los anfitriones aficionados.
La propuesta de la Comisión Europea para regular el mercado del alquiler a corto plazo, dominado por plataformas de viajes como Booking y Airbnb, estaba inicialmente prevista para junio de 2022, pero probablemente se retrasará aún más hasta mediados de noviembre, en una consulta pública que recibió casi 5.700 respuestas, como señal de la gran atención que suscita el asunto.
"El crecimiento expansivo del alquiler vacacional a corto plazo en ciudades y destinos turísticos populares está extrayendo viviendas del mercado, haciendo subir los precios y tiene un impacto negativo en la habitabilidad de las ciudades europeas", dijo a EURACTIV Kim van Sparrentak, el legislador que inició la carta, que fue firmada por algunos miembros de la Alianza de Ciudades Europeas por Alquiler a corto plazo, incluyendo los alcaldes de París, Budapest, Ámsterdam, Florencia, Bruselas y Barcelona.
Para los administradores de estos puntos turísticos, el auge y la alta rentabilidad de los alquileres de corta duración han conducido a la "turistificación" de las ciudades, un fenómeno que priva a los barrios tradicionales de su carácter y merma la oferta de alquileres de larga duración.
Las ciudades argumentan que la mayoría de las ofertas del mercado proceden de empresas e inversores con grandes carteras, y hasta las plataformas tecnológicas subrayan que la excesiva burocracia está expulsando del mercado a los anfitriones aficionados.
De los 15 millones de euros del impuesto turístico destinados a este programa de aval hipotecario, hasta 10,7 serán para la compra de vivienda en Mallorca; 2,1, en Ibiza; 1,8, para Menorca, y otros 240.000 euros en Formentera. En cuanto a los 13.1 millones previstos para la promoción de vivienda de protección pública, hasta 5.798.968 euros serán para Mallorca y otra partida de 7,3 millones de euros para Menorca.
Mientras el Govern balear promociona el alquiler turístico al que se atribuye la sensación de masificación y saturación, con más coches de alquiler de los que usa el turista 'turoperado' que se desplaza en autobús, la Comisión Europea prepara una propuesta para regular el mercado del alquiler a corto plazo, dominado por plataformas de viajes como Booking y Airbnb (Airbnb dispara los rent a car en las islas frente al tradicional viajero turoperado en bus).
Esta propuesta estaba inicialmente prevista para junio de 2022, pero probablemente se retrasará aún más hasta mediados de noviembre, en una consulta pública que recibió casi 5.700 respuestas, como señal de la gran atención que suscita el asunto.
"El crecimiento expansivo del alquiler vacacional a corto plazo en ciudades y destinos turísticos populares está extrayendo viviendas del mercado, haciendo subir los precios y tiene un impacto negativo en la habitabilidad de las ciudades europeas", dijo a EURACTIV Kim van Sparrentak, el legislador que inició la carta.
La carta, que fue firmada por algunos miembros de la Alianza de Ciudades Europeas por Alquiler a corto plazo, incluyendo los alcaldes de París, Budapest, Ámsterdam, Florencia, Bruselas y Barcelona, asegura que el auge y la alta rentabilidad de los alquileres de corta duración han conducido a la "turistificación" de las ciudades, un fenómeno que priva a los barrios tradicionales de su carácter y merma la oferta de alquileres de larga duración.
Las ciudades argumentan que la mayoría de las ofertas del mercado proceden de empresas e inversores con grandes carteras, y hasta las plataformas tecnológicas subrayan que la excesiva burocracia está expulsando del mercado a los anfitriones aficionados.
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