La lista de ciudades en las que el modelo de alquiler turístico ha sido recortado por las autoridades políticas es interminable, porque, en general, se tiene la idea de que este tipo de negocios altera el mercado de la vivienda, con efectos indeseables (Francia: fuerte golpe legal a la vivienda turística y Airbnb).
Ahora se confirma que París, que había ya limitado el derecho de los propietarios a alquilar sus inmuebles por periodos breves, para uso turístico, a un máximo de 120 días al año, desde este primero de enero reducirá este tiempo todavía más a apenas 90 días. O sea que los propietarios deberán alquilar un máximo de tres meses y el resto del tiempo tendrán que limitarse a ocupar la propiedad, tenerla vacía o alquilarla por el modo tradicional de largo tiempo.
El modelo francés consiste en que el Parlamento ha aprobado una legislación que cede poderes a los alcaldes para que tomen ciertas decisiones de este tipo, de acuerdo a los problemas habitacionales que perciban.
París tiene hoy 95 mil viviendas en Airbnb o plataformas similares, las cuales lógicamente están disponibles sobre todo en verano. La municipalidad aduce para esta nueva restricción que este negocio ha adquirido dimensiones exageradas y que provoca impactos indeseados. Además, el municipio cree que hay unos 25 mil apartamentos alquilados ilegalmente en la ciudad, contra los cuales amenaza de aplicar multas.