Este año seguro que Lee y Louise (en la fotografía) tendrán vacaciones. Ya se han cuidado bien de que sea así: han comprado dos destinos diferentes por si al final hay problemas. Uno es Fuerteventura, en Canarias; el otro es la gris Norfolk, en el propio Reino Unido. Y, como hoy todo el mundo ofrece cancelaciones gratuitas, no hay empresario que sepa cuántos clientes tendrá este verano.
Lee y Louise le concedieron una entrevista a la BBC en la que le cuentan su historia, ejemplo de la desesperación con la que se mueven hoy los turistas y que está armando una confusión tremenda en el mercado. Y de la incertidumbre de las empresas, debido a la necesaria flexibilidad que han ofrecido a sus clientes.
La pareja es del noroeste de Inglaterra, donde llueve siempre y es comprensible que la gente sueñe con Fuerteventura. Pero, esta vez se han curado en salud y han comprado vacaciones interiores, por si acaso. Que nadie en Canarias se preocupe: la primera opción es España; lo de quedarse en el país es un castigo, un último recurso.
Así están las cosas en Europa: desespero por tomar el sol en España, pero incertidumbre. Cuando la BBC hizo el reportaje, hace dos días, era muy posible aún que todo se fuera al garete porque en esos días se había encontrado una eclosión de contagios de la variante india del virus (“eclosión” en realidad hoy es muy poco al lado de lo que pasaba el año pasado en estas mismas fechas). Pero ahora ya se sabe que la variante no está provocando más ingresos hospitalarios por lo que las perspectivas para el destino vacacional interior inglés son cada vez peores y el de Fuerteventura cada vez mayores.
Las reservas de vacaciones interiores en el Reino Unido son muy altas, porque aún no han comenzado las cancelaciones, pero si este es un verano normal, va a haber grandes problemas con el turismo interior. O bien vamos a tener España vacía. Alguien se va a quedar con un palmo de narices.
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