La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, empieza a reconocer que habrá que prorrogar los ERTE y las carencias de los créditos ICO, que vencen masivamente a partir de abril del próximo año, para evitar un colapso de la economía que llevaría a una proliferación de quiebras turísticas ante el nuevo estado de alarma que restringirá la movilidad y la sociabilidad.
Ante los rebrotes de coronavirus, los empresarios del ocio dan ya la Navidad por perdida y ven amenazada hasta la Semana Santa, con la única esperanza desde mayo o junio del año próximo, cuando la vacuna debería estar ya extendida, o al menos los tests rápidos (Los bancos dejan de financiar nuevos proyectos hoteleros).
El fin de las moratorias de las hipotecas desde diciembre y de los créditos de emergencia para la pandemia pueden provocar impagos en miles de pequeñas empresas, lo que hace temer a los bancos que se dispare la morosidad, y por ello sitúan como el momento más delicado a los primeros meses del próximo año, cuando existe un efecto precipicio por el vencimiento de ICO y de ERTE.
Los bancos, como reveló Preferente, han dado un giro en las últimas semanas respecto a su actitud de apoyo y comprensión con las empresas hoteleras, y de forma súbita han sorprendido al redoblar su presión incluso a las cadenas más solventes, internacionalizadas, desestacionalizadas y con un abultado patrimonio inmobiliario (Súbita presión de los bancos incluso a hoteleras solventes).
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