José María Ruiz-Mateos ha acudido esta mañana a los juzgados de Palma, donde se instruye una causa contra el empresario jerezano por supuesta estafa de 13'9 millones de euros en la venta de un hotel en Mallorca, propiedad del Grupo Miralles. El dueño de Nueva Rumasa había sido advertido de que, si no comparecía este martes en sede judicial, sería detenido.
Según informa mallorcadiario.com, a su llegada a las dependencias judiciales de Vía Alemania en medio de una gran expectación mediática, Ruiz-Mateos ha asegurado que se siente “orgulloso y feliz” por haber trabajado “siempre para la clase obrera”, al tiempo que ha asegurado que no se “arrepiente de nada”, ya que “la culpa de todo la tiene un banquero y el Banco Santander“.
El empresario ha hecho estas declaraciones tras llegar por un retraso en el avión 45 minutos tarde al Juzgado de Instrucción número 3 de Palma para declarar en calidad de imputado por la citada supuesta estafa, mientras que, por otro lado, este martes también ha sido citado a declarar ante el Juzgado de Instrucción número 9 por otra estafa de 7,3 millones a Inversiones Insulares Radó.
El empresario, quien ha sido recibido por una decena de curiosos y una quincena de periodistas, ha criticado que le han “obligado” a venir a Palma “a la fuerza”, por lo que ha criticado que “no hay justicia”.
Ruiz-Mateos, quien ha llegado acompañado de su abogado y que ha llegado a piropear a una periodista a quien ha dicho que es “muy guapa”, portaba un certificado médico, con el fin de justificar su ausencia el pasado 12 de enero, cuando el fundador de Nueva Rumasa tenía que comparecer por el primero de los dos casos.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo