El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca sacudirá algunas variables que impactan en el turismo, como el precio del petróleo, la fortaleza del dólar, las políticas arancelarias o los conflictos bélicos, lo que amenaza con dejarse notar con especial énfasis en Canarias y Cataluña.
El presidente electo de EEUU ha prometido que promoverá el ‘fracking’ para abaratar la gasolina, lo cual redundará en precios de billetes de avión más bajos. Igualmente, aboga por un dólar fuerte, lo que fortalecerá a su emisor respecto a las divisas de los destinos, lo cual se traducirá en más demanda, sobre todo para los resorts caribeños que en una gran cuota controlan hoteleros baleares.
Su postura sobre los tratados comerciales hace temer que pueda verse resentido un país exportador como Alemania, que es el mayor mercado por ejemplo para Mallorca. Y respecto al logro en su primera legislatura de que no se iniciara ninguna guerra, la paz en Ucrania y en Israel amenaza con tener consecuencias de más trascendencia en Canarias y Cataluña.
El turismo hacia el archipiélago atlántico se disparó especialmente cuando un grupo terrorista irrumpió el 7 de octubre de 2023 desde Gaza en Israel asesinando a cientos de inocentes. Se produjo entonces un acusado desvío de europeos desde destinos como Turquía o Egipto hacia Tenerife o Gran Canaria.
La pacificación de la zona en la que Irán y sus organizaciones terroristas se enfrentan al Estado hebreo en Palestina o Líbano puede significar la recuperación de los destinos de Oriente Medio, de gran potencia especialmente en un invierno que es la temporada alta para la hotelería canaria.
Del lado de Ucrania, un acuerdo para paralizar la guerra iniciada por Vladimir Putin puede derivarse en una paulatina vuelta del mercado ruso hacia España, tras una súbita salida que especialmente dejó afligida a Cataluña, en sus zonas de playa como Salou o Lloret e incluso algo en Barcelona, de igual modo que en la Costa del Sol andaluza, en torno a Marbella y Málaga.
Aunque la vuelta de Donald Trump al mando de la primera potencia mundial no se espera que conlleve grandes efectos inmediatos sobre el turismo español, las tendencias de fondo que caracterizaron a su primer mandato sí dejan entrever profundos cambios a medio plazo en los flujos turísticos hacia España.