Israel ya está haciendo su incursión en el negocio turístico europeo con la aceptación de líneas de bajo coste, fundamentalmente a Tel Aviv, para turistas que viajen a Jerusalem.
Sin embargo, lo más importante en la estrategia del país está por llegar: las obras para el nuevo aeropuerto de Eilat están a punto de acabar y para la temporada que viene el gobierno israelita espera convertir esta ciudad en una puerta para el mar Rojo, en un enclave en el que coinciden Egipto, Jordania y también Israel. Se destinará al turismo vacacional de resorts, para lo que prepara la apertura de 6.000 nuevas plazas hoteleras.
Desde hace escasas semanas ya hay algunos vuelos entre Tel Aviv y Eilat, que abrirá definitivamente en mayo del año que viene.
El ministro de Transportes israelí, Israel Katz, dijo a la prensa en la apertura de estos vuelos provisionales, que el primer objetivo es hacer que los israelitas tomen las vacaciones en su propio país, en lugar de viajar al extranjero. Pero, por supuesto, Israel sabe y reconoce que detrás de todo están los viajeros europeos que transportarán las Easyjet, Ryanair o su propia aerolínea low-cost, Arkia.
“El aeropuerto Ramon –que así se llamará– es una bendición para Eilat y la zona cercana”, que es desértica y se encuentra del otro lado de la Península del Sinaí, principalmente controlada por Egipto.
El alcalde de Eilat dice que ya están teniendo un 73 por ciento de aumento de turismo, debido a las promociones y al aeropuerto. “Vamos a añadir otras 6.000 camas hoteleras”, dijo, junto a un centro de convenciones e instalaciones deportivas.
El espacio en la zona es muy limitado. Israel apenas cuenta con unos 10 kilómetros de frente marítimo, rodeado por Egipto y Jordania, los dos con un espacio considerablemente más amplio.
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