A principios de septiembre, unos turistas chinos se presentan en un hotel de Estocolmo al filo de la media noche, para ocupar una habitación que tenían reservada para el día siguiente. Aparentemente se trataba de una reserva errónea(Crisis diplomática entre China y Suecia por unos turistas expulsados).
El hotel les dijo que no tenía plaza. Los viajeros pidieron poderse quedar en el hall esperando, a lo que el hotel se negó. Fueron invitados a abandonar el edificio, pero los turistas rehusaron y hubo de presentarse la policía, que los echó.
Entonces se armó un lío, con escenas dramáticas en la calle, todo filmado y colgado en youtube. Los turistas gritaban “esto es matar”, en referencia a que habían sido retirados del hall por la fuerza. La situación era ridícula y esperpéntica.
Pocos días después tenemos un gran lío diplomático cuando las imágenes se hacen virales en China y todo el país presiona para que el Gobierno exija que Suecia rectifique. Hasta aquí, lo pudieron leer en preferente.com y en muchos otros medios: una verdadera crisis diplomática que no debió de haber existido.
Pero ese era el principio de una historia aún más complicada. Un programa de televisión sueco (en la fotografía) hizo una parodia de dos costumbres particulares de los chinos: que comen perros y que defecan en público. Esto fue el colmo, lo que ha puesto a China en una situación de máxima tensión con Suecia. El gobierno ha dicho que el programa está lleno de “discriminación, prejuicios y provocación”, además de emplear un lenguaje vulgar. El canal de televisión aduce que sólo era una comedia.
Entre el incidente del hotel y el programa de televisión pasaron varios días. Pero el programa de la cadena SVT fue considerado una puñalada al turismo chino. El programa reprodujo las imágenes de los viajeros expulsados del hotel, junto con un sketch en el que se dice a los turistas que no defequen en las inmediaciones de los edificios históricos.
Esto desató las iras cuando fue cargado en Youku, el youtube chino. El vídeo es bastante agresivo. Uno de los presentadores dice que Suecia recibe con los brazos abiertos a los turistas chinos, pero que serán castigados físicamente si se comportan mal.
El programa saturó de mensajes el twitter chino (Weibo) con enfado como común denominador. En la red se ha extendido la idea de que los chinos no compren en Ikea ni en HM, ni usen coches Volvo ni, por supuesto, hagan turismo en ese país.
Como se imaginan, ha habido una protesta formal en la embajada sueca en China y las relaciones diplomáticas están pasando por un mal momento, incluso más allá de las posturas de los gobiernos. Y todo por unos turistas que aparentemente reservaron el hotel un día antes de lo que tenían pensado.
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