Virtuoso sólo comercializa lo mejor de los mejor. Sólo lo más exclusivo. Su lema es “lo mejor de lo mejor”. Sin ruido, sin declaraciones, sin anuncios, ha echado a los diez hoteles Trump que comercializaba hasta ahora. Observen bien: sólo cuando Trump dejó de mandar en la Casa Blanca.
La decisión fue publicada en un portal poco concurrido y reproducida por Forbes.
Consultado, Virtuoso dijo que los hoteles Trump habían dejado de ser un socio preferente en este mes de marzo, pero no dio explicaciones de ningún tipo sobre las razones de esta medida. “Como norma –dijo– no comentamos en las razones por las que no renovamos la condición de socios de nuestra plataforma”, dijo Misty Belles, encargada de relaciones públicas, según Forbes. “No hablamos de las salidas por cortesía con los implicados”.
La ausencia de una plataforma como Virtuoso puede ser costosa para una cadena hotelera que busque presencia. No obstante, la marca de estos hoteles es bien conocida y si van bien o no no será por falta de reconocimiento público de la marca.
Forbes presenta la baja como una mala noticia para Trump, afirmando que los establecimientos que salen de Virtuoso pierden posicionamiento. Virtuoso tiene hoy dos mil asociados, de los cuales 1.400 son hoteles y resorts –varios de ellos en España--, que aseguran al cliente que ofrecen productos irrepetibles.
Virtuoso siempre podría haber explicado que la imagen estridente de Donald Trump no es precisamente lo que busca un cliente sofisticado. No obstante, hay que recordar que los hoteles han sido separados de la plataforma una vez que Trump ha cesado en su cargo de Presidente de Estados Unidos y durante los cuatro años en que estuvo al frente del gobierno americano, ni siquiera en los momentos más controvertidos de su carrera.
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