En el aeropuerto de Huesca-Pirineos no aterrizan aviones, es un lugar fantasma como atestiguan sus cifras: tiene 15 trabajadores y pasan 0,26 pasajeros de media al día. Y todo ello supone un coste anual de mantenimiento de cuatro millones de euros.
Un día normal allí es como una de esas tediosas e interminables jornadas de verano en cualquier pueblo de interior. El único movimiento es el de unos pocos empleados que acuden hasta su trabajo como por mero formalismo. Hay personal de la limpieza pero aquello no hace falta limpiarlo, principalmente porque nadie lo mancha. Los días que está programado que aterrice algún vuelo en las pistas se convierte en una fiesta.
Una solitaria pista de aterrizaje, llana como un mar de asfalto, todas las facilidades del mundo, una considerable tecnología… pero por allí va menos de un pasajero al día. Es el aeropuerto al que menos gente llega de toda España. Un lugar desértico del cual apenas salen aviones cada mes, según publica El Español.
Según datos de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), el aeropuerto oscense registró 31 pasajeros comerciales en todo 2016, 95 si se cuentan los 64 militares que pasaron por el lugar. Un auténtico erial. Entretanto, una pequeña escuela de pilotos de vuelo sin motor se entrena allí cuando los aviones de pasajeros no tienen que despegar. Que es la mayoría de los días del año.
“Este último año se ha batido el récord por el transporte de aficionados en un partido que jugó el Huesca en Lugo”, según un concejal. A partir de la temporada que viene, la zona experimentará un cambio muy importante que puede repercutir en el buen rumbo del aeropuerto. El Huesca acaba de ascender a Primera División y eso puede suponer un enorme incentivo en el ámbito del transporte. Equipos lejanos como el Sevilla o el Betis tendrán que llegar en poco tiempo a la capital de la provincia más norteña de Aragón.
El aeropuerto fue inaugurado en 2007, pero fue Francisco Álvarez Cascos, tres años antes, quien colocó la primera piedra a finales de febrero de 2004. Dos semanas después, 11-M, elecciones generales y victoria del PSOE. En Huesca, el proyecto arrancado por el PP iba luego a ser gestionado por el PSOE.
El coste de todo el proyecto ascendía a 60 millones de euros. Las previsiones eran del todo fantasiosas: vuelos regulares a Madrid y Barcelona, charters a Palma, Tenerife, Londres, París… Esas eran las esperanzas cuando, en 2007, la instalación fue inaugurada. Cuatro años después, en 2011, los vuelos comerciales se cancelaron. Por eso a la ciudad no llega prácticamente nadie.
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