Carlos Slim y Germán Larrea, dos de las mayores fortunas de México, se enfrentan a las españolas Abertis y Aena por el control de Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), el mayor gestor privado de aeropuertos del país.
Según publica este lunes Expansión, a través de las sociedades Grupo México (controlado por Larrea) y de Infraestructuras y Transporte de México (ITM), en la que Slim posee el 25% a través de Inbursa, disponen de más del 30% de las acciones de la sociedad.
GAP, que explota 12 aeropuertos mexicanos, transporta más de 20 millones de pasajeros al año. Su facturación ronda los 200 millones de euros, con un resultado bruto de explotación (ebitda) de 129 millones. La compañía cotiza desde 2006 en la bolsa de México y de Nueva York, con una capitalización próxima a los 2.000 millones de dólares.
La amenaza de toma de control de GAP se encuentra actualmente bloqueada después de que el regulador bursátil paralizase el intento de opa de Grupo México por una presunta vulneración de los estatutos internos de la empresa.
La prohibición de tener más de un 10% de las acciones de la empresa figura entre los blindajes que los socios de control de GAP pactaron con el Gobierno mexicano en 1999, cuando firmaron el contrato de concesión.
Por el contrario, los dos inversores latinoamericanos alegan que la legislación les ampara, ya que México impide este tipo de blindajes en compañías cotizadas. Por eso, han reclamado ante los tribunales la modificación de los estatutos de GAP.
Slim y Larrea comenzaron a tomar posiciones en GAP en 2010, aprovechándose de las diferencias entre los accionistas de Aeropuertos Mexicanos del Pacífico (AMP). A través de esta sociedad, Abertis, Aena y el socio local (Corporación Mexicana de Aeropuertos) tienen el control estratégico de GAP a partes iguales (33%).
El año pasado, se desató un conflicto que enfrentó a los tres socios debido a las diferencias sobre la composición del consejo y del gobierno corporativo de la empresa. La tensión fue máxima, ya que la batalla estuvo a punto de llegar hasta la Corte Internacional de Arbitraje. Los abogados de CMA llegaron a pedir la salida forzosa de Aena por tratarse de una compañía pública.
Después de meses de discusiones, la paz ha vuelto al consejo de GAP. El grupo comunicó hace un par de semanas que Abertis, Aena y CMA han llegado a "un principio de acuerdo para solucionar los conflictos existentes".
Según las fuentes consultadas, el pacto, que se formalizará en breve, consiste en fijar qué decisiones de la empresa deberán tomarse por unaminimidad o por mayoría cualificada como, por ejemplo, el nombramiento de un director general o de un nuevo consejero. Además, las partes se han comprometido a resolver los recursos que siguen vivos en los tribunales.
La batalla entre GAP y los magnates mexicanos corre el riesgo de enquistarse en los tribunales. Abertis, Aena y el socio local están amparados por el contrato que en su momento firmaron con el Gobierno mexicano.
De hecho sus acciones de control (cada uno tiene el 5% de GAP) tienen un valor superior al resto del capital por ser socios estratégicos. Las acciones en posesión de Slim y Larrea son de la serie B, sin derechos políticos.
Carlos Slim participa en la operación a través de Inbursa. Se da la circunstancia de que La Caixa, accionista de referencia de Abertis, y Slim mantienen una estrecha relación. La entidad presidida por Isidro Fainé controla el 20% de Inbursa y, a su vez, Slim tiene una pequeña participación en La Caixa.
Abertis entró en GAP en 2007, cuando compró a ACS la compañía Desarrollo de Concesiones Aeroportuarias (DCA), hólding con intereses en 15 aeropuertos en México, Jamaica, Chile y Colombia.
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