El aeropuerto de Huesca, en Aragón, cuenta actualmente con una plantilla mínima de nueve empleados. Y su volumen de pasajeros, en los dos últimos meses, ha sido de 11 viajeros. Con un simple cálculo se puede deducir que por las instalaciones oscenses se han paseado más los trabajadores que los usuarios tanto en enero como en febrero de este año.
Según publica ABC, la diferencia respecto a la actividad registrada en las mismas fechas del año pasado es de un 99’5% menos. Los 49 aeropuertos que controla Aena han perdido en su conjunto un 4’4% de tráfico aéreo en estos meses.
En marzo de 2011cesó operaciones la compañía Pyrenair y desde entonces el aeropuerto de Huesca no tiene el futuro claro. En los últimos seis meses, el número total de pasajeros ha sido de 21, todos ellos de vuelos privados. Además, una escuela china de pilotos ha usado la infraestructura como centro de formación. Pero sobre su futuro, poco se sabe.
El aeródromo costó al Estado 45 millones de euros. Están a punto de cumplirse sus primeros cuatro años de vida el próximo mes de abril, y tanto el Gobierno de Aragón, presidido por Luisa Fernanda Rudi (PP), como el Ministerio de Fomento, están estudiando cómo hacer rentable este aeropuerto, uno de los 49 que gestiona Aena. Fuentes del gestor aeroportuario han declarado al citado diario que el objetivo es “reabrirlo a la actividad cuando las circunstancias lo permitan”.
En línea con el retroceso de Huesca, el aeropuerto de Reus tampoco ha quedado bien parado entre enero y febrero de este año, pues ha reducido un 99’3% su número de pasajeros, quedándose con 1.525, de los que 496 llegaron en febrero. Hasta que Ryanair regrese a sus instalaciones a mediados de este mes, gracias a que la Generalitat se ha comprometido a pagarle ocho millones de euros, las pistas de Reus están dando servicio solo a vuelos corporativos y son usadas también como base de los aparatos de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil.
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