El miedo se adueñó el miércoles de nuevo del aeropuerto de Zaventem (Bruselas), golpeado por un ataque yihadista en marzo, al recibirse por dos avisos de bomba en sendos aviones de SAS que finalmente resultaron ser falsos.
Uno de los aparatos había despegado de Oslo mientras que el otro procedía de Estocolmo. Ambos aterrizaron en Bruselas sin problemas y sin que se encontrase en su interior ningún material sospechoso.
"Todo el mundo se sorprendió cuando nos informaron de la amenaza de bomba. No vimos nada. No hay fuego. Después de esperar un rato se nos permitió bajar", explicaba en su cuenta de Twitter un famoso comentarista de fútbol belga llamado Bart Raes que iba a bordo del vuelo de Oslo de la aerolínea SAS.
Fuentes del gabinete del ministro belga de Interior, Jan Jambon, explicaron que la alerta se recibió a través de un mensaje difundido internacionalmente, sin precisar la fuente. El diario flamenco “Het Laatste Nieuws” asegura que se trató de un mensaje de la red social Twitter.
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