El consorcio alemán Fraport, el francés Vinci, el grupo suizo Zurich Airport (asociado al brasileño CCR) y la Corporación América (de Argentina) están hoy pendientes de lo que decida el Consejo de Ministros de Portugal que, en su agenda, tiene previsto abordar la adjudicación del concurso de privatización de la sociedad ANA Aeroportos de Portugal.
Sin embargo, es posible que la ansiada decisión quede en el aire, pues lo mismo ocurrió hace una semana con la aerolínea TAP. En ese caso, el Ejecutivo del conservador Pedro Passos Coelho optó por retrasar a 2013 el traspaso de la compañía aérea portuguesa al rechazar la única oferta que tenía sobre la mesa, de 340 millones, lanzada por el magnate colombiano-brasileño Germán Efromovich, dueño de Avianca.
Para hacerse con los aeropuertos de Lisboa, Oporto, Algarve y Azores, Vinci ha hecho la puja más elevada: 3.000 millones, indica Efe. Le sigue Fraport que, con apoyo del fondo australiano IFM, ha ofrecido unos 2.600 millones de euros. La gestora alemana cuenta con el visto bueno de los analistas lusos por su potencial internacionalizador.
La venta de la empresa pública de los aeropuertos nacionales es la última gran privatización que le queda por encauzar al Estado portugués, que debe cumplir con las exigencias de la troika (Bruselas, FMI y BCE) y lograr 5.500 millones de euros a base de desinversiones.
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