Recién cumplidos los primeros diez años de su puesta en marcha, el concejal del ayuntamiento albanense, Pedro Soriano, ha calificado al aeropuerto de Albacete como “una sangría de dinero público que se va por la alcantarilla” y como un “ejemplo de derroche de dinero público”.
Según publica El Día Digital, los datos del administrador de infraestructuras aeroportuarias indican que “las instalaciones de Albacete acumulan pérdidas por valor de 33,5 millones de euros. Solamente en 2013, el aeropuerto perdió 2,8 millones de euros, lo que supone cerca de 2.400 euros por cada uno de los 1.211 pasajeros que pasaron por el aeródromo”.
Los últimos datos de vuelos y pasajeros arrojan un panorama desolador: “ni siquiera en el mes de septiembre, con la celebración de la Feria de Albacete, el aeropuerto levantó el vuelo. Concretamente, fueron 29 pasajeros, un 47,3% menos que el mismo mes del año pasado”, ha reconocido el edil.
Ante esta situación, Soriano, ha pedido que se proceda al cierre de las instalaciones y que se organice una mesa de trabajo, en la se impliquen todas las adminstraciones, para evaluar la viabilidad del aeropuerto en un futuro.
No sobra ningún aeropuerto.
Lo que sobra son la mayoría de los servicios que se quiere dar en ellos.
Como los políticos que han de tomar la decisión no saben ni de que hablan y sin servicios adicionales no saben de donde chupar, entonces a lo más que alcanza su intelecto es a cerrar aeropuertos.