La obligación de Aena de utilizar las pasarelas telescópicas o “fingers” en el aeropuerto de Alicante para el embarque y desembarque desde los aviones, conlleva un gasto extraordinario de dos millones anuales que las aerolíneas no están dispuestas a sufragar y la manera de no hacerlo ha sido amenazar con eliminar rutas si seguía adelante esta disposición. Así lo anunció la low cost irlandesa, Ryanair, hace meses y ayer lo confirmó su presidente, Michael O’Leary.
Así, hasta la primavera de 2012, el aeropuerto de Alicante reducirá hasta un 75% el tráfico de pasajeros, como consecuencia de la negativa de Ryanair ante la imposición de usar los ‘fingers’.
A esta reducción en El Altet podrían seguir otros destinos como Zaragoza, donde la aerolínea también ha avisado. Con el aeropuerto de Zaragoza las discrepancias de la 'low cost' surgen con el gobierno local, que anunció la semana pasada que quizá no podría renovar el convenio con esta aerolínea. A este respecto el presidente de la compañía ha sido tajante: "Si Zaragoza no cumple con su parte, también nos veremos obligados a dejar la capital de Aragón".
Haría lo que fuera para que sustituyera a Ryanair con otra compañía con un precio igualmente competitivo.