Los minutos de retraso acumulados en los vuelos coordinados por Eurocontrol se redujeron a la mitad en julio en toda Europa respecto al mismo mes del verano pasado, una tendencia que han seguido dos de los tres grandes centros de control español, aunque, al mismo tiempo, siguen en los puestos de cabeza de las demoras, según los datos del organismo europeo de tráfico aéreo. Barcelona es el primero en demoras globales y Madrid, el quinto.
Según publica el diario El País, más de la mitad de los retrasos se atribuyen a las aerolíneas, pero de los que se deben al control de tráfico aéreo se achacan en su mayoría a la falta de capacidad para asumir el volumen de aviones en ruta (sobrevuelos). Y el 36,5% del total de esos retrasos se aglutinan en los centros de control españoles (solo el de Marsella ha tenido peores datos por esta causa), pese a que los de Madrid y Barcelona han reducido los minutos de demora un 10% y un 38% respectivamente, respecto a julio de 2010. Por el contrario, en el centro de Canarias se han disparado un 50%, debido, según AENA al crecimiento del tráfico y por meteorología adversa.
En cuanto a retrasos por problemas de infraestructura aeroportuaria, Palma de Mallorca se lleva el segundo puesto europeo (por detrás de Estambul) y Madrid-Barajas lidera el ranking de las demoras debidas a falta de capacidad para absorber despegues y aterrizajes.
AENA atribuye buena parte de esa relativa mejoría a los cambios introducidos en los turnos de los controladores en junio, que no fueros bien acogidos por algunos profesionales, que insisten en que no dan abasto. Pero para las aerolíneas cada minuto de retraso cuenta: en concreto 81 euros de media, según un reciente estudio de la Universidad de Westminster publicado por Eurocontrol, lo que supone un coste medio de 1.660 euros por vuelo demorado.
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