Desde que el pasado octubre la compañía aérea de bajo coste Ryanair anunciará que iba a reducir a la mitad sus rutas desde el aeropuerto de Girona y que cerraría su base de Reus, la presión ha ido en aumento para la Generalitat que se ha visto obligada a renegociar las condiciones con la compañía irlandesa y ceder a algunas de sus demandas.
Sin embargo, el Ejecutivo catalán no ha desvelado las condiciones económicas de este nuevo acuerdo que garantiza un mínimo de tres millones de pasajeros anuales en Girona y medio millón de usuarios en Reus durante cinco años.
Estas condiciones son inferiores de todas maneras a las anteriores pero permitirán recuperar los 500 puestos de trabajo que iban a desaparecer con la disminución de rutas de Ryanair.
A pesar de todo, la compañía presidida por Michael O’Leary hace una nueva advertencia: “"si Aena incrementa sus ya elevadas tasas en Girona y Reus, estos proyectos de acuerdo serán cancelados y los aviones y rutas se posicionarán alternativamente en otros aeropuertos con costes más bajos".
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