El sindicato Usca, que representa al 90% de los controladores aéreos españoles, va a reunirse esta semana para decidir si continúa con los paros parciales en las torres y centros de control del país.
El jueves pasado fracasó la cita con Enaire para intentar desbloquear el conflicto. La organización sindical, que asegura estar dispuesta a negociar, está ondeando desde hace días con la posibilidad de prolongar su huelga si el gestor aeroportuario no cede.
Los controladores exigen la retirada de la sanción de empleo y sueldo a 61 colegas del centro de control de Barcelona así como la readmisión de un profesional de Santiago de Compostela. Tanto el despido como las sanciones tienen su origen en el cierre del espacio aéreo del año 2010.
Los paros de la semana pasada, que fueron los primeros del colectivo en 26 años, tuvieron lugar los días 8, 10, 12 y 14. Durante todas estas jornadas reinó la normalidad en los aeropuertos y no hubo cancelaciones ni retrasos atribuibles a la protesta. Los servicios mínimos fijados por Fomento eran del 70%, aunque los controladores aseguran que en realidad llegaban al 99% para los empleados con actividad operativa.
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