Cinco de los controladores imputados por el supuesto abandono de sus puestos de trabajo en los centros de Barajas y Torrejón de Ardoz a finales de año, declararon ayer ante la juez y, al igual que hicieron sus compañeros antes de verano, alegaron que “sufrían estrés y jaqueca”.
“Estaban mal, estresados, con algunas jaquecas y se vieron obligados a abandonar su puesto de trabajo por estar incapacitados para desarrollarlo”. Esta es la justificación que dieron ayer ante una juez de Madrid los controladores.
Los controladores acusados de sedición, coacciones y falsedad documental, entre otros delitos, siguen así la estrategia de defensa marcada por sus abogados, que niegan en todo momento que se tratara de un acto coordinado u organizado para dejar fuera de servicio las principales torres de control aéreo del país.
La juez de instrucción de Madrid que investiga estos hechos, María del Sagrario Herrero, tiene previsto continuar con los interrogatorios esta semana y la próxima, ya que solo en su juzgado se tramita una causa contra 150 controladores de los aeropuertos de Barajas y Torrejón de Ardoz, en Madrid.
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