Usted va por una calle normal, dobla a la izquierda y allí se encuentra el aeropuerto de Lisboa, en plena ciudad. Los aviones disponen de dos pistas, pero una de ellas pasa entre varias salidas de los aparcamientos de aeronaves, lo que supone un hecho insólito y bastante arriesgado. Las instalaciones estaban totalmente desbordadas hace 15 años, imagínense hoy. Es inconcebible entender cómo aquello puede funcionar. De no haber sido por la crisis profunda que sacudió al país, y que le llevó a pedir el rescate europeo, hoy el aeropuerto de Lisboa sería un colapso total. Pese a ello, los problemas operativos son impresionantes, dado que las instalaciones están totalmente desbordadas.
Pero por fin las cosas parece que van a cambiar. Pedro Marques, ministro de Infraestructuras, anunció que la base aérea militar de Montijo, que apenas tiene uso, será modificada para convertirse en aeropuerto comercial, aliviando la crisis de capacidad que padece el aeropuerto principal.
Las obras se iniciarán en 2019 para que esté operativo en 2021, reduciendo la presión en un aeropuerto urbano que tuvo 22.4 millones de pasajeros el año pasado.
La base de Montijo se encuentra al sur del Río Tajo, en la parte más ancha. El cruce más cómodo es por el puente Vasco da Gama, pero llegar allí no será cosa sencilla. En todo caso, es un aeropuerto excelente para el sur de la ciudad, porque permite evitar los cruces de los puentes, y probablemente también para los barrios del este. El viaje hasta Lisboa será de 30 kilómetros por carretera, de 13 si se cruza el Tajo en ferry.
Hola:
La imagen que acompaña la noticia no es Lisboa ni el rio Tajo. Es Oporto y el rio Duero.
Un saludo