Álex Cruz, O’Leary, Carlos Muñoz, los Ryan y Stelios

Álex Cruz ya está desde hace unas horas en lo más alto del escalafón de Vueling, culminando una trayectoria en la aviación que parecía encaminada desde el minuto uno a la máxima responsabilidad de la mayor aerolínea por pasajeros de España, tras un crecimiento fulgurante pilotado por él mismo, en un ejemplo, el suyo y el de Vueling, que guarda similitudes con otra compañía de referencia y su primer ejecutivo, Michael O’Leary y Ryanair.

Porque el bilbaíno y el dublinés han sido y son el alma, la cabeza y con frecuencia hasta las uñas de sus low cost, que hoy no estarían donde están sin su visión, reflejos y osadía, con el vínculo entre ambos ejecutivos de que aterrizaron en sus actuales casas –o más bien dicho marca en el caso de Cruz, en virtud de la desaparición de Clickair tras la fusión—con los mimbres que dejaron otros admirados expertos del negocio aéreo, Carlos Muñoz y Lázaro Ros, y Tony Ryan.

No cabría obviar junto a los últimos a Stelios Haji-Ioannou, de EasyJet, quien une su devenir al de los mencionados emprendedores en que también fue perdiendo poder en la aerolínea que ideó y engendró, hasta haber mandado de verdad todos ellos solo en la época en la que sus compañías eran una minúscula parte de lo que han llegado a ser.

Porque han sido Cruz y O’Leary quienes han multiplicado de forma casi inédita en la aviación europea las rutas, las flotas, los empleados, los pasajeros, y los beneficios de sus aerolíneas, pero ello no hubiera sido posible sin la base dejada por unos propietarios iniciales que han dejado constancia en proyectos futuros que lo suyo es poner en marcha compañías desde cero y con ideas rompedoras.

Empezando, por proximidad geográfica, por Ros y Muñoz, quienes han hecho despegar una compañía, Volotea, con un concepto inaudito, encontrando un nicho en las conexiones paneuropeas entre capitales de provincia, y rehuyendo de los grandes ‘hubs’ de las megaurbes, mientras la originalidad de la familia Ryan, encarnada en Declan tras la muerte de su padre en 2007, ha consistido en llevar a América Latina el modelo low cost, a México con Viva Aerobús y a Colombia con Viva Colombia, en paralelo a que Stelios ha hecho lo propio en África con Fastjet.

El debate está servido entre los acérrimos de unos y otros: ¿Quién tiene más mérito, quienes irrumpen con ingeniosos modelos que se tornan en exitosos, o quienes logran desarrollarlos hasta unos niveles casi inimaginables en sus inicios? Una respuesta certera y ecuánime tendría más elementos de juicio dando tiempo a los nuevos proyectos y viendo su evolución, aunque a corto y medio plazo no pinta que puedan llegar al potencial alcanzado por sus primeras criaturas.

Pero hoy el dinero está en manos de quien lo arriesgó, aunque como contrapunto podría decirse que el poder lo tienen los ejecutivos que se han volcado en sus compañías como si fueran suyas, debido a su pasión por los aviones. ¿Emprendedores o directivos?,¿Dinero o poder?

Curiosamente, hay una compañía en España, Air Europa, donde se juntan, con permiso de Jesús Macarrón, dos de los mayores expertos del país, siendo uno de ellos propietario, Pepe Hidalgo, y el otro un ejecutivo de primera, Álvaro Middelmann, este último con una enorme contribución al asentamiento de Air Berlin como una de las cuatro grandes low cost del Viejo Continente.

Y también ahora se han unido dos cerebros especiales en un mismo proyecto, tras la integración de Vueling en IAG, y de que a Willie Walsh se le caiga la baba con Álex Cruz, formando, esta vez de solo ejecutivos, a diferencia del de solo propietarios en el de Volotea, otro tándem más en la aviación europea, donde queda como lobo solitario un todavía joven Michael O’Leary, de 52 años, cuyas ganas de seguir batallando contra las fuerzas de su entorno, tras más de dos decenios, determinarán el porvenir de Ryanair. Todos han podido tener pareja de baile, menos uno.