El Gobierno de China ha decidido continuar hasta 2015 el cobro de una tasa a cada usuario de los aeropuertos estatales para destinarlo al recién creado Fondo de Infraestructuras y financiar con él la construcción de aeródromos, informa Efe.
El gravamen existe desde hace 20 años, pero ha cambiado de nombre, aunque no de cuantía: se cobran unos 7 euros por viajero en los vuelos domésticos y 9 euros en los trayectos internacionales. Según los medios chinos, todo lo recaudado por el nuevo Fondo de Infraestructuras irá a parar a las arcas nacionales.
Con anterioridad, los delegados en la AsambleaNacionalPopular de China habían criticado la falta de transparencia del destino de la recaudación por este impuesto que, solo en el año 2011, reportó más de 1.900 millones de euros.
Mira los chinitos. Los que se quejan de la tasa de emisiones contaminantes.