Madrid.31/05/2006.- El presidente de Iberia, Fernando Conte, se muestra cauto a la hora de valorar las repercusiones de la llegada del AVE a Barcelona en el tráfico de puente aéreo, según ha podido saber preferente.com. De momento, apunta, “vamos a esperar a que llegue y a comprobar que efectivamente realiza el recorrido en dos horas y media”; pero asegura que “el número de personas interesadas en trasladarse entre ambas ciudades va a aumentar porque se van a incrementar las necesidades de desplazarse por el territorio nacional, lo que va a provocar el crecimiento del número de clientes, tanto para el transporte ferroviario como para el aéreo”. A pesar de ello, reconoce que “indudablemente, el tren de alta velocidad va a reducir la cuota de mercado del transporte aéreo; pero también es cierto que va a seguir existiendo una tipología de usuarios que preferirá la rapidez del avión”. Preguntado sobre la intermodalidad de los transportes, afirma que “sería deseable, pero actualmente no existe la infraestructura necesaria para que se pueda llevar a cabo”. Por otra parte, el presidente de Iberia no se muestra partidario de que se privaticen los aeropuertos ya que, en su opinión, “son unas instalaciones monopolísticas que en manos privadas podrían elevar sus tasas, lo que repercutiría tanto en el usuario final como en las aerolíneas, salvo que estuviesen sometidos a una regulación muy estricta”. Sin embargo, sí está de acuerdo en “dar entrada a otros intereses en la gestión, a las comunidades autónomas o a las propias compañías; no estaría mal que pudieran decidir sobre las inversiones a realizar”. De momento el objetivo para este año se centra en reducir costes, contrarrestando el alza del petróleo (los seguros contratados hasta el próximo mes de octubre cubren el 90 por ciento del consumo a un precio que ronda los 60 dólares por barril) y los costes de personal, con la negociación del convenio colectivo con los pilotos en el que la dirección de la compañía quiere que “los incrementos salariales estén sujetos a un aumento de la productividad”. No obstante, concluye Conte, “es más importante alcanzar un acuerdo bueno que uno rápido”.
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