Para que arranque la licitación por valor de 6.700 millones de euros que firmó un consorcio público-privado español el pasado enero para construir el tren de alta velocidad entre Medina y la Meca hacen falta unos avales extraordinarios. Las compañías públicas implicadas, Renfe, Adif e Ineco, no tendrán grandes problemas para hacerles frente pero, según ha publicado El Economista, las empresas de menor tamaño podrían estar en aprietos para conseguirlos.
Francia se frota las manos a la espera de que España tenga que renunciar al proyecto, algo que por ahora se descarta dado que aún queda de plazo hasta principios de junio para que se constituya el aval sindicado, con el respaldo de entidades como Banesto, HSBC, La Caixa, Banco Sabadell y Bankia.
Según las fuentes citadas por el diario económico, todas las empresas del consorcio español que logró el contrato para construir el “tren de los peregrinos” son probadamente solventes. El problema es que, para las compañías privadas de menor tamaño, la garantía que se les pide supera en algunos casos sus ingresos anuales. La coyuntura económica en España, con la banca atrincherada, hace aún más difícil conseguir la necesaria financiación.
Si es que vamos con los amiguetes y las empresas Ad-hoc de los exjefes de alguna de las grandes empresas, y se cree que todo es como en España que te dan una concesion, luego haces la empresa con 3.000 € y ya veremos... Las grandes deberían absorber todas estas 'contratillas'... QUE VERGUENZA de modelo de gestión que exportamos...