La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha alabado la entrada de los dos primeros operadores (SNCF e ILSA) para competir con Renfe en el AVE a partir de diciembre de 2020 (Duro revés para Globalia: queda fuera de la lucha por el AVE) y ha asegurado que esta medida va a suponer una democratización del acceso de los ciudadanos a este medio de transporte, así como billetes a precios más populares, democratización que parece empezar por el trayecto Madrid-Barcelona, con precios de entre 25 y 30 euros.
Esta posibilidad implicaría una reducción de hasta el 70% en relación a los precios actuales, que se sitúan en torno a los 107 euros en clase turista, sin descuentos promocionales.
Celaá ha defendido una y otra vez la liberalización del ferrocarril, basándose en la “democratización”, algo en lo que también ha incidido el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos. Ambos consideran que una vez que se produzca la ruptura del monopolio en el tren, “al haber más competencia entre empresas, habrá precios más populares”.
Hay que recordar que Adif, empresa de Fomento titular y gestora de la red ferroviaria, adjudicó al consorcio formado por Air Nostrum y la italiana Treinitalia el segundo mayor paquete de servicios y circulaciones de tren de los tres que Adif sacó a concurso en las tres líneas en las que se inicia la competencia: el AVE a Barcelona, el AVE a Levante y el que une Madrid con Sevilla y Málaga. Este segundo paquete contempla 16 circulaciones diarias por estos tres corredores, por encima de los cinco trenes al día del tercer paquete, el que logró la francesa SNCF (Air Nostrum se perfila como favorita para competir con Renfe).
Por su parte, Renfe se quedó con el mayor grupo de servicios y frecuencias, que contempla 104 circulaciones.
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