Palma.17/06/05.- La dependencia del avión le supone al conjunto de ciudadanos de Balearees un sobrecoste de unos 10 millones de euros anuales, al no disponer de medios más económicos para sus desplazamientos, como el ferrocarril, según se destaca en el informe elaborado por la Cámara de Comercio sobre el coste del transporte de viajeros entre las islas y el resto del Estado. El presidente de la Cámara, Miquel Lladó, destaca que en este momento los ciudadanos de Mallorca han conseguido, con la aplicación del descuento del 38% sobre el precio del billete, pagar el avión más barato que el resto de autonomÃas y conseguir un coste por kilómetro similar al que conlleva el desplazamiento en vehÃculo particular. Sin embargo, recuerda que los habitantes de la penÃnsula disponen de una amplia oferta de conexiones por tren, financiados por los isleños a través de sus impuestos, mucho más barata. AsÃ, el traslado el avión para un mallorquÃn supone en estos momentos un coste medio de 0,09 euros por kilómetro en sus tarifas turÃsticas, incluyendo el descuento del 38%, cuando este gasto desciende hasta los 0,06 y los 0,08 en otras autonomÃas si sus viajes se realizan en ferrocarril. Lladó subraya que la situación del sobrecoste balear no se verá equilibrada hasta que el Gobierno central cumpla su promesa de elevar el descuento aéreo hasta el 50%, momento en que los isleños alcanzarán su equiparación con la penÃnsula, al situar el precio del trayecto en avión entre los 0,07 y los 0,08 euros por kilómetro. Miquel Lladó ha informado que los ciudadanos de Baleares están pagando unos 130 millones de euros al año por sus viajes en avión, de los que alrededor de 10 millones corresponden a las tasas aeroportuarias, como las de seguridad, lo que implica que si éstas se eliminarán se alcanzarÃa directamente un nivel de equilibrio respecto a lo que los peninsulares pagan por sus desplazamientos en ferrocarril. En opinión de Lladó, los residentes en Baleaers deberÃan quedar exentos del pago de estas tasas, dado que los aeropuertos son la única vÃa de comunicación directa con el resto de las comunidades autónomas. Además, éstas no se aplican en otros medios de transporte alternativos que están a disposición de los habitantes en la penÃnsula. Otra desventaja añadida es que los problemas que los isleños tienen para viajar a la penÃnsula también afectan a los españoles que les gustarÃa visitar Baleares, lo que repercute de forma negativa tanto en el turismo como en los contactos comerciales.
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