La aerolínea portuguesa TAP ha cancelado el 30 por ciento de sus vuelos programados el 1 de mayo, en la que ha sido la primera jornada de la huelga de diez días convocada por los pilotos. El impacto del paro es, de momento, más reducido de lo esperado por los propios administradores de la aerolínea, que han advertido de las "enormes dificultades" que iba a causar la protesta de los pilotos.
Para este sábado, los servicios mínimos fijados por las autoridades lusas sólo garantizaban el 10 por ciento de las cerca de 300 conexiones que había previsto, lo que refleja que hubo pilotos que no se han adherido a la movilización. La compañía ha dado las gracias a través de un portavoz a los pilotos que fueron a trabajar y no secundaron la huelga, además de presentar sus disculpas a los clientes afectados, según El Economista.
La aerolínea lusa, propiedad del Estado portugués e inmersa en un proceso de privatización, advirtió de que en aquellas conexiones que no han sido canceladas con antelación, los pasajeros deben hacer su check in y continuar hasta el embarque, y será sólo allí donde se les podrá confirmar si se realiza o no su vuelo.
El Sindicato de Pilotos de Aviación Civil (SPAC) reclama el cumplimento de un acuerdo alcanzado con el Ejecutivo en 1999 en el que se precisaba que en caso de privatización y de actualización de los salarios, el colectivo recibiría una participación de la compañía equivalente al 20 por ciento. Además, exige la recuperación de complementos salariales para las categorías sénior, congelados desde 2011, un punto que no ve garantizado debido a que el actual Gobierno no incluyó sanciones para el futuro comprador de TAP en caso que no cumpla con este requisito.
ojo al dato. Aquí ya no se esta luchando por evitar un deterioro en las condiciones. Al contrario. Se exige una indemnización y un aumento salarial.
Evidentemente las condiciones del mercado han cambiado y las empresas tendrán que avenirse a ellas. Ya está bien de que se pagen bonus a directivos por rebajar las condiciones de los trabajadores. Si la cosa está mal, está mal para todos y si una parte ejerce presiones como podria ser el aplicar legislaciones laborales que despues han resultado ilegales y peor aún, inmorales, es lógico esperar que la otra parte use las herramientas de las que dispone.