La autoridad de la aviación civil eslovena le ha dado una semana a Adria, su primera aerolínea, para que resuelva sus problemas financieros, bajo riesgo de retirarle la licencia para volar. Los medios de comunicación eslovenos especulaban hoy con la inminente quiebra de Adria, que suspendió sus vuelos el martes y que hoy, jueves, en teoría deberían reemprenderse.
Durante la semana pasada, cinco de los aviones de Adria habían sido retenidos por los propietarios, a quienes la aerolínea adeuda pagos. Por el momento la compañía aún dispone de otros diez aviones, dijo Rok Marolt, el director general de la aviación civil del país. “Adria debe presentar un plan financiero aprobado para el 2 de octubre o, de lo contrario, la Aviación Civil le retirará la licencia sin más audiencias”, pone la prensa eslovena en boca de Marolt. Igualmente, se le exige a la aerolínea que informe si decide declararse en quiebra.
Adria, una compañía que ha llegado a tener unos 20 aviones, opera vuelos regionales desde su base en Liubliana, la capital eslovena. Ni el martes ni el miércoles operó sus vuelos, excepto el de Frankfurt, aduciendo problemas de liquidez económica, y al mismo tiempo sin aclarar qué haría que este jueves pudiera reanudar sus operaciones. La compañía dijo que está “en conversaciones intensas con potenciales inversores”.
Durante estos dos días, unas 3000 personas se vieron afectadas por las cancelaciones de los vuelos, quienes tienen derecho a la indemnización de 250 euros previstos por la Unión Europea, organización a la que pertenece Eslovenia.
La prensa eslovena daba este miércoles por muerta a la aerolínea de bandera, pese a que la compañía aún pretende reemprender sus operaciones. Adria emplea a 500 trabajadores y pese a la inversión de 50 millones de euros del fondo 4K, que es su propietario desde 2016, siguen en pérdidas.
Marjan Sarec, el primer ministro, descartó toda posibilidad de un rescate, porque dijo que equivaldría a “tirar el dinero”.
Que vayan a hablar con Merkel, que soluciona estas cositas