Aeroflot y S7 dejan de volar al extranjero

Durante este sábado, tanto S7, la mayor aerolínea privada de Rusia, como Aeroflot, del estado, inesperadamente cancelaron todos sus vuelos al extranjero. Aeroflot únicamente sigue volando a Bielorrusia, que es un aliado fiel y que no obliga a sobrevolar terceros países (Los graves efectos del conflicto en Ucrania en el largo radio).

La decisión entrará en vigor el 8 de marzo y es resultado, aparentemente, de las fuertes sanciones económicas aplicadas por Occidente. El comunicado en el que se informaba de la decisión habla de "circunstancias que están dificultando la operativa de las aerolíneas" rusas.

Las filiales de Aeroflot, Aurora y Rossiya, también paralizará su operativa internacional aunque, como su matriz, siguen operando dentro del país que, no lo olvidemos, es como un continente.

Sin embargo, anoche circulaban otras versiones sobre lo que podría estar ocurriendo en realidad: las medidas sancionadoras están obligando a las empresas que tienen aviones en alquiler a recuperarlos. Esta decisión se puede aplicar para que los rusos los devuelvan voluntariamente o podría ser el resultado de la confiscación de las aeronaves al aterrizar en el extranjero. Se especula que esta fuera la razón de la medida.

Esta decisión deja aún más limitada la comunicación del país con el resto del mundo, otorgando a las aerolíneas del Golfo Pérsico y a Turkish Airlines, de Estambul, un papel trascendental.

Como es bien conocido, la práctica totalidad de las compañías occidentales de aviación dejaron de volar a Rusia, bien por la prohibición para sobrevolar su espacio, bien por el riesgo a un siniestro, bien por imposición de sus gobiernos o, incluso, por la impopularidad que tendría operar normalmente.