Air Europa y la guerra de Ucrania (I)

Hace ahora justo un año, víspera de San Joaquín. Hidalgo llega al restaurante Casa Fernando, a las afueras de Palma. Acude a un almuerzo para celebrar la buena marcha de las conversaciones sobre la venta de Air Europa. Al empresario salmantino le acompañan tres personas: los dos representantes del grupo interesado en comprar la aerolínea y un ocasional intermediario.

Hidalgo es el anfitrión y por eso elige el restaurante, propiedad de su gran amigo y paisano Fernando de Arribas. Se trata de un local especializado en pescado fresco que está situado en Ciudad Jardín. El presidente de Globalia frunce el ceño al entrar: se topa con un otrora íntimo suyo del que se halla distanciado porque dice que le ha robado dinero en el proyecto de campo de golf Maioris.

El encuentro a manteles transcurre tenso pese a las ocurrencias del simpático Fernando. La mente de Hidalgo está centrada, por un lado, en la oferta del grupo interesado en su compañía aérea y, por otro, en la mesa de en frente, donde el examigo y él intercambian duras y escrutadoras miradas. Después del infarto padecido fechas antes, Hidalgo no quiere líos.

Su único propósito es agasajar a los hombres del grupo que aspira a hacerse con el control de la empresa estrella de Globalia y seguir profundizando, dentro de lo que cabe, en la oferta de compra. Pero el ex, fortachón y echado para adelante como pocos en Mallorca, se siente molesto por el trato indiferente y ladino de la persona con la que ha compartido momentos lúdicos.

Los comensales que acompañan a Hidalgo siguen desgranando la propuesta del empresario interesado en hacerse con Air Europa, y que no es otro que el propietario del aeropuerto de Moscú, tal como más adelante publicaría en exclusiva preferente.com. El intermediario atípico, testigo mudo de las conversaciones, mira también de reojo a la mesa de al lado.

Y es que se teme lo peor. Conoce al ex, impulsivo y sin complejos, que no deja de mirar al dueño de Globalia y al que, en presencia de una bella dama, ve un tanto alterado. De pronto el ex se levanta y se dirige a la mesa de Hidalgo. "¿Qué te he hecho yo? ¿Por qué no me saludas? ¿Dime, qué te pasa conmigo?", le espeta a viva voz delante de todo el mundo.

Los tres acompañantes de Hidalgo se quedan estupefactos y los clientes expectantes. Hidalgo le responde que no quiere saber nada de él, que ha dejado de existir en su vida y que sí hay algo de qué hablar será en los juzgados.  El empresario mallorquín le reta a salir a la calle, "si eres un hombre". Hidalgo está a punto de aceptar el reto, pero piensa en su infarto y se sienta.

A Hidalgo le amargan la comida pero las conversaciones sobre la venta de Air Europa siguen ese día y las semanas y meses siguientes. Hasta el 16 de marzo, ‘deadline’ fijado para la presentación de la oferta. Pero las semanas y los meses van a dar mucho de sí, tal como vino publicando este digital.