Hace quince años que el grupo Air France KLM tiene una aerolínea que se llama Transavia, originalmente parte de la rama holandesa. Sin embargo, quince años después de la fusión del grupo, Frank Terner, el director general de Air France acaba de declarar que “necesitamos clarificar las marcas Air France y Hop, definir a qué públicos nos dirigimos, y vemos que el público al que se dirige Air France es el mismo al que llama también Transavia”. Un mismo grupo, una misma gestión, pero quince años después descubren que sus estrategias se solapan.
Así están operando los grandes grupos aeronáuticos europeos: dando banzados a un lado y al otro. Sin ir más lejos, la propia Transavia había abierto una base en Múnich con el objetivo de extender su radio de acción más allá de Holanda, pero la nueva dirección general del grupo al que pertenece ha decidido que cierre y vuelva a sus orígenes. En el camino, grandes pérdidas de dinero.
En realidad, quince años después de la fusión entre Air France y KLM (se unieron en 2003), Transavia sigue siendo la low cost de KLM, mientras que Air France mantiene dentro de su país una política errática que no termina de aclarar su camino. Air France había cedido todos los vuelos interiores franceses a una filial de nombre Air Inter. Posteriormente decidió fusionar Air Inter con la matriz y operar todos con el nombre de esta. Pero desde hace unos años creó una nueva filial interior, que se llama Hop, a su vez proveniente de otras compañías menores integradas en el grupo, como Regional o Brit Air.
La dirección de la compañía quiere acabar con este desbarajuste y ha puesto en marcha un programa que se llama “Trust Together” (que significa “Confianza juntos”, que denota de qué carece el grupo) para ordenar su futuro. Cosas a arreglar, por ejemplo: nadie hoy en Air France se imagina que Transavia, que es de su propiedad, pueda alimentar sus vuelos transoceánicos vendiendo un único billete con conexión en París, como sí parece que hará Vueling con Level.
En estos momentos, lo máximo que se plantea el grupo franco holandés es tener códigos compartidos. Así, se ha llegado a que un viajero compre billetes Air France en las rutas de Transavia. Sólo desde el pasado 17 de mayo, cuando uno viaja con Transavia puede obtener puntos con la tarjeta de fidelidad de Air France. Casi quince años después de la fusión, este es uno de los logros de este mes. En Orly, por ejemplo, cada compañía tiene su edificio y hasta 2019 no compartirán instalaciones. Mientras tanto, en la web de Ryanair se venden billetes de Air Europa, Air France aún tiene estos problemas.
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