Casi todo en Albastar es atípico. Se autodenomina “aerolínea mallorquina” pero salvo en verano, prácticamente no tiene aviones en España y, en cambio, sí tiene gran presencia en Italia; es un híbrido entre chárter y regular, aunque parece que se inclina por lo primero. Sea como sea, ha conseguido este año un Ebitda positivo (en 17 millones), lo cual le permite soñar con un socio estratégico para el futuro (Oriol Hernández, exdirector de operaciones de Iberojet, dirigirá Albastar).
De alguna manera, lo que dice hoy Albastar es que se acabó su vida errática y que ahora sabe qué quiere ser: una chárter de calidad.
Ciertamente, Mallorca, que siempre contó con varias chárter, hoy no tiene ninguna, si exceptuamos a Albastar. Es lo que hizo este verano en incontables rutas, sobre todo al Reino Unido. Esto ha supuesto dejar el negocio regular que desarrollaba en Italia, con rutas bastante atípicas.
Este año, centrada en el chárter, volando a más de 250 destinos precisamente por la variedad de sus clientes, Albastar logrará facturar unos cien millones de euros, lo que volverá a hacerla viable. Recordemos que hace dos años entró en su accionariado Sherpa Capital, con la intención de reordenar la operativa.
Oriol Hernández, el máximo responsable de la compañía, lo explica: “nuestro foco ha estado en redefinir nuestra estrategia comercial”.
En parte, Albastar ha tenido suerte: con la pandemia sobraba flota y nadie alquilaba aviones. El año pasado y sobre todo este, hay demanda de flota porque hay turistas, pero a muchas compañías no les bastan los asientos disponibles, caso de Tui, por ejemplo.