Alerta en las aerolíneas europeas por el precio del combustible

El precio del combustible sigue siendo uno de los principales dolores de cabeza para las cuentas de las aerolíneas. Tras tener que lidiar con la inflación derivada de la pandemia, las guerras abiertas en Rusia e Israel no han hecho más que empeorar la situación, dejando precios desproporcionados que golpean con especial crudeza a las compañías europeas. (La nueva amenaza para las aerolíneas: el precio del combustible)

Uno de los últimos informes de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), revela que, en la actualidad, las tarifas de fuel rondan los 110 dólares por barril, prácticamente el doble que hace dos años. Así, Europa supera la media mundial en un 5% (unos 115 dólares) debido a la proximidad geográfica a la zona de conflicto y a la dependencia de los productos refinados del petróleo procedentes de Rusia. (El alza del combustible amenaza a Wizz Air y Norwegian)

Este voraz encarecimiento tiene su génesis en febrero de 2022 con la guerra de Ucrania. En ese mes, el precio del barril de crudo en Europa ascendió a los 170 dólares (+10% vs media global), pero no fue hasta julio cuando se tocaron máximos históricos, superando los 180 dólares (+8%).

No fue hasta los meses de agosto y septiembre cuando se pudo contener el incremento. Pero fue algo fugaz, ya que, en el verano de 2024, se inició una nueva subida que situó el precio del barril en los 140 dólares. Tras una nueva estabilización en septiembre, el estallido de la guerra en Israel volvió a catapultarlo al alza, debido principalmente al incremento de los costes del transporte marítimo a través del Mar Rojo, que se han duplicado desde finales de noviembre.

Desde IATA lamentan que “las guerras de Ucrania y Oriente Medio han creado un nuevo entorno en el mercado del combustible de aviación y, desde entonces, los precios pagados en Europa y en la CEI han superado con frecuencia la media mundial”.

Es por ello que piden soluciones urgentes, ya que puede haber graves consecuencias, tanto para las compañías como para los consumidores. “Esta distorsión regional de los precios del combustible repercute en el panorama competitivo de las operaciones de las aerolíneas y puede provocar variaciones regionales en la inflación de los precios de los billetes de avión”.