Alitalia ya sólo pierde medio millón al día

La compañía de bandera italiana hizo público este martes un avance de sus resultados económicos de
2018: ha perdido 154 millones de euros, lo que prácticamente supone medio millón al día. El año
anterior, 2017, la aerolínea italiana perdía el doble, casi un millón al año, lo cual es un buen
resultado respecto a los dos millones de euros diarios que llegó a perder en su momento en el
pasado.

Alitalia, sin embargo, está en un momento de transición. En realidad, lleva muchos años en
transición, pero esta vez todo es más evidente: el gobierno de Mateo Renzi se encontró con la
quiebra de la compañía y decidió intervenirla, darle un préstamo extraordinario y ponerla en venta.

Se convocó un complicado proceso para enajenarla, al que se presentaron inicialmente varias
aerolíneas. Las condiciones fueron variando casi semanalmente, mientras los tres administradores
mejoraron considerablemente los resultados de la compañía. Pero la suerte quiso que, como es
habitual en Italia, hubiera un cambio de gobierno antes de que acabara el proceso de venta (Alitalia: el Gobierno aplazará la devolución de los 900 millones).

Caído Renzi, hubo elecciones y el gobierno resultante, encabezado por La Liga Norte y por el movimiento Cinco Estrellas, decidió modificar su estrategia: Alitalia no se venderá sino que se quedará en manos de Correos y de la compañía propietaria de los trenes italianos, quienes incorporarán un
socio privado del sector aeronáutico para complementar su desconocimiento del negocio.

De los inversores que inicialmente manifestaron su interés, han quedado sólo Easyjet y Lufthansa,
quienes de alguna manera han declarado que no quieren interferencias políticas. El proceso de venta parece ahora mismo embarrancado en los interminables procedimientos administrativos (Easyjet presenta una oferta por la compra de una Alitalia estructurada).

Mientras, los resultados de la compañía parecen mejorar, pero ciertamente ninguna empresa privada
aguantaría una situación como la de la aerolínea pública, que sigue tirando del préstamo que le concedió el Estado y que tiene pocas o ninguna posibilidad de que un día sea devuelto.