Cada fin de semana, pese a las diferentes medidas que se vienen aplicando, el aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, se sume en el caos por la falta de personal y el exceso de viajeros. Así que la dirección ha decidido cambiar completamente el enfoque: basta de pedir que se organicen mejor las llegadas y salidas, ahora se impondrá un número máximo de vuelos al día (KLM para la venta de billetes por el caos de Ámsterdam).
Desde el próximo seis de julio y hasta el 28 de agosto, el periodo previsible de más movimientos en el aeropuerto, la terminal de Schiphol sólo aceptará 70 mil pasajeros en el aeropuerto, un 16 por ciento menos que lo que las aerolíneas tienen planeado, unos 13.500 asientos menos cada día.
La intención del aeropuerto es que viajar a través de Schiphol sea una experiencia posible, viable y evitar las situaciones caóticas que se están viviendo en estos momentos.
Los recortes se aplicarán por igual a todas las aerolíneas, en forma proporcional. No se sabe qué harán las compañías, si volar con menos asientos o si suprimir vuelos, aunque se espera que ocurra lo segundo, que supone ahorros.
KLM, el mayor operador del aeropuerto, mostró su satisfacción con la medida porque, dice, no es posible continuar como hasta ahora. Pero también ha dejado claro que el responsable de estas medidas en lo financiero es el aeropuerto, por lo que ya ven que le pasarán la factura. Para las aerolíneas, que también van con el agua al cuello, esto sería fantástico porque mejoran el servicio, pero cobrarían del aeropuerto por las cancelaciones.
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