El domingo 15 de septiembre acabó el enésimo plazo para el nacimiento de la nueva Alitalia. Sin embargo, como viene ocurriendo desde hace más de dos años y medio, de nuevo se ha extendido el plazo hasta el 31 de octubre. Nadie sabe si un día Alitalia dejará de estar en banca rota y veremos un nuevo horizonte.
Mientras tanto, la compañía sigue en bancarrota, administrada por tres comisarios judiciales, a la espera de que los futuros nuevos accionistas se pongan de acuerdo. Estos son tres, por un lado el Gobierno italiana a través del ministerio de Economía por un lado y de Ferrovie dello Stato, la compañía de trenes pública, por otro; Atlantia, la empresa de la familia Benetton que gestiona las autopistas y Delta, la aerolínea americana que se ha comprometido a quedarse con el 10 por ciento de la nueva sociedad.
Los obstáculos que hay que aclarar aún son varios. Primero, ahora Italia quiere que Delta ponga más de los 100 millones de euros que dijo desde el primer momento que pondría. Delta, al parecer, no se opone, pero quiere tener una tercera parte de los puestos de gestión en la compañía. En segundo lugar, nadie se aclara si Alitalia seguirá siendo parte de SkyTeam, especialmente en relación a la venta conjunta de billetes en la ruta Europa Estados Unidos, que comparte con Air France-KLM, Virgin y la propia Delta. Aparentemente, la nueva relación en SkyTeam equivaldrá a que Alitalia y Delta sean una unidad que comparte presencia con los otros operadores de la alianza, lo que reduce sensiblemente el papel de Alitalia y la deja en manos de Delta. Estas son las únicas rutas que aún tienen rentabilidad para Alitalia y sobre las cuales perdería el control (Las contradicciones de Alitalia).
Mientras tanto, Alitalia sigue consumiendo sus recursos. Al parecer tiene cash hasta final de año, pero los inviernos son extremadamente delicados y es muy improbable que Alitalia pueda sobrevivir a un nuevo aplazamiento (La nueva Alitalia se centrará en las rutas Italia-EEUU).
Y si finalmente cae ¿a quien reclaman los tontolinis?
La única solución es cerrar y empezar una nueva aerolínea de cero. Habría un "shock" durante 6 meses. Otra patada a la pelota de 1 mes y medio.
No entiendo cómo se ha involucrado Delta en esta locura.
Alitalia debe cerrar ya,es un fraude a la leyes como la están manteniendo viva con dinero público.